miércoles, 17 de agosto de 2011

¡¡¡Así están!!!


¡Así están!
Rosa Esther Beltrán Enríquez

• 17-Agosto-2011

1. La semana pasada acudí a la Clínica del Magisterio; tomé mi turno y esperé pacientemente a que el médico me recibiera. Lo hizo; por cierto, me atendió muy bien, a pesar de que se veía un poco presionado, porque uno de sus compañeros no asistió y le cargaron a él más pacientes de los que le correspondía atender, con lo cual se alteró su agenda.

Del consultorio pasé a la farmacia a surtir la receta. ¡Qué cosa!, de cada tres recetas que surtían a uno le decían que no contaban con el medicamento; el enojo era evidente. Alguien dijo: “Esto es, Más Moreira, ¿para esto votamos por ellos?” Yo dije: “Toco madera”.

Esperé más de media hora para que me dieran dos medicamentos. La sala de espera estaba a reventar y no hay lugar para sentarse, con las consiguientes incomodidades.
Ya se ha relatado en estas páginas que en la Clínica del Magisterio de la Sección 38 del SNTE “la farmacia es el dolor de cabeza de todos”. Los funcionarios del Consejo de Administración han informado acerca de los motivos del desabasto, pero no es suficiente justificarlo, es preciso corregirlo.

Por cierto, los funcionarios de la Clínica han reconocido que en el caso de los tratamientos a enfermedades crónico-degenerativas se contaba con un cuadro básico de cuatro fármacos, los que se redujeron a uno.

Cuando la farmacia está colmada de gente, la voz de los despachadores que “cantan” los nombres de los derechohabientes, no se escucha y es una confusión que podría solucionarse de varias maneras, pero los dirigentes no atienden esos “detalles”. El burocratismo es atroz.

El retroceso en el servicio médico de la Clínica del Magisterio parece irremediable. Sus derechohabientes padecen día con día el mal servicio, y la mala administración aflora por diversos rumbos, incluso se habla de una descapitalización, algunos dicen, desfalcos, por varias decenas de millones de pesos. ¿De qué dimensiones será el desfondamiento?

2. El presidente Barack Obama dijo ayer que en su país la política está rota; si eso
pasa en la otrora nación más poderosa del mundo, ¿qué podemos decir los mexicanos que asistimos al lanzamiento de verdaderos misiles por parte de los líderes de los partidos políticos?: El excelso profesor Humberto Moreira, se dejó llevar por la desmesura y comparó a Coahuila con Nueva York, por su desarrollo en infraestructura y bienestar social.

Mostrando fotos de su Quinto Informe, Moreira dijo: “Esto no es Nueva York ni Chicago, se parece a Houston, pero esto es ‘Coahui-York’”. La declaración fue para revirar las críticas del Partido Acción Nacional. No se midió “El Profe”.

El líder nacional del PRI fue cuestionado sobre la deuda que dejó en Coahuila, que casi alcanza los 32 mil millones de pesos, pero dijo que quien debe justificar ese asunto es su sucesor, Jorge Torres López, y se negó informar sobre el tema. Le endilgó el asunto a su interino, a ver ahora con qué sale Torres López.

La partidocracia está intencionalmente hecha bolas, lanzándose misiles para quedarse con la mayor tajada de dinero que le sea posible y así poder manipular y comprar el voto de los pobres en 2012. Los 19 gobernadores del PRI se sienten con derecho a llevar mano para que en el debate sobre la asignación de presupuesto a los estados se les autorice entre un 25 y un 28 por ciento más de presupuesto, lo que equivaldría a la fabulosa suma de 78 mil millones de pesos, cuando las participaciones a los estados en los últimos 10 años han crecido un 100 por ciento, lo cual equivale casi a una reforma fiscal que los propios priístas se han encargado de detener.

La pretensión del PRI muestra el tamaño de su irresponsabilidad, cuando han endeudado a sus entidades inmisericordemente. Lo que se ve es que no existe equilibrio entre el dinero que pretenden asignarse y las responsabilidades que asumen, tienen mayoría en el Congreso de Unión pero estamos estancados en cuanto a las reformas necesarias para que la economía crezca y acedamos a una democracia de calidad.

Quieren más, pero no rinden cuentas, no hay trasparencia en el gasto y en esto Coahuila es un ejemplo de primer orden. La opacidad es su bandera. Según la Auditoría Superior de la Federación, los estados no trasparentan ni el 50 por ciento de sus ingresos, pero quieren más.

Los ciudadanos deberíamos estar preparándonos, organizándonos para evitar otro atraco que “El Profesor” y sus secuaces han tramado. Ya conocemos los mecanismos mediante los cuales los gastos etiquetados se subejercen quitándoles grandes tajadas.

Así es que no tenemos ninguna garantía de que el dinero del Presupuesto Público de 2012 no vaya a ir a parar a bolsillos de los Vicentes o los Faustos que luego, como por arte de magia, desaparecen, protegidos por sus mentores.



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