miércoles, 10 de diciembre de 2008

Contracorriente

Publicado en Espacio 4, No. 342


Rosa Esther Beltrán Enríquez


Mientras el mundo clama y se organiza para lograr la abolición de la pena de muerte, en Coahuila el gobernador Moreira pretende presentarse como un adalid de la justicia impulsando una iniciativa para que la LVII Legislatura local la aprobara, como ya lo hizo y la enviara al Congreso de Unión a fin de que se implante la pena de muerte para secuestradores que asesinen a sus víctimas.

A partir del pasado día treinta de noviembre, 957 ciudades de todo el mundo, quieren hacer sentir su propia voz en defensa de la vida y de la dignidad humana que son bienes que no se pueden sacrificar", sostuvo el alcalde de Roma; afirma este edil que, "El significado de la pena de muerte no consiste más que en la venganza, que se quite la vida a un ser humano, con eso no se contempla la necesaria reeducación de quien ha sido condenado", concluye.


La pena de muerte se aplica en países occidentales como Estados Unidos, no así en el continente europeo, donde las legislaciones de la mayoría de países, no la aprueban.


Según informes de Amnistía Internacional (AI), la tendencia actual es una importante reducción de los Estados en donde la pena de muerte tiene vigencia. La jornada contra la pena de muerte conmemora que un 30 de noviembre de 1786, el Gran Ducado de la Toscana abolió este castigo. La organización AI, defensora emblemática de los derechos humanos sostiene que, algunos estados pretenden recuperar la pena de muerte, sobre todo allí donde hay mucha violencia.
Hay momentos de gran tensión social en los que es más fácil que se planteen estas demandas, pero la pena de muerte no resuelve nada. No se ha demostrado ni que resulte disuasoria ni que evite más crímenes.


Hay que rechazarla, porque es una violación al derecho a la vida de una forma brutal. Además, cuando se ejecuta nunca se puede estar seguro de que la persona no sea inocente y la sanción es irreversible, pero también, con un sistema de justicia como el mexicano en el que todo se puede comprar, corrompido hasta el tuétano se enviaría al patíbulo a los más pobres e indefensos.


Según las estadísticas en el 2007 se registraron 1.250 ejecuciones en el mundo; se estima que la situación más grave en cuanto a ejecuciones se presenta en China en donde se cree que en ese año pudieron presentarse 5000, aunque no hay precisión en los datos.


El gobierno de Moreira se autodenomina, “de la Gente”, pero está impulsando la aprobación de una ley que lesiona gravemente el derecho humano más elemental de las personas, el derecho a la vida, que es inviolable por lo que la pena de muerte es injustificable en cualquier caso, si la pretensión de Moreira progresara significaría una regresión histórica injustificable.


El gobernador Moreira seguramente se encuentra muy satisfecho por estar en la cresta de la ola mediática, ha logrado lo que es su mero mole estar en boca de todos, a él sí le quedaría el dicho aquel de “ cállate ya, chachalaca”, pues tal parece que habla por hablar, sin más, sin medir las consecuencias de sus acciones, pero lo peor es que el Congreso local le haga segunda, que se subordinen los diputados de Coahuila para aprobar lo que les mande, eso es indigno, es muy lamentable esa sumisión que confirma el mote de “rebaño”.

Parece que los legisladores coahuilense de la mayoría (PRI) no saben que la abolición de la pena capital ha sido un símbolo civilizatorio para el mundo, una prueba de modernidad ilustrada, apoyada en la convicción profunda de que la dignidad humana es un derecho fundante de las democracias.

Según las declaraciones del preclaro gobernador, los principios que lo inspiran se basan en el “ojo por ojo”; parece que su objetivo es acercarse rápido a la cultura Talibán: ahorcar y lapidar mujeres, cercenar cuerpos, él lo ha dicho, las formas de ejecución no importan, puede ser el cadalso, la inyección letal, la ahorca, de ahí se infiere el tamaño de la ignorancia de lo que se está proponiendo.


¿Recuerda usted, lectora, lector cuando en septiembre de 2007, Moreira se opuso a la reforma electoral federal que prohibía la difusión en los medios de la imagen y la voz de los funcionarios públicos y cómo estuvo en los medios nacionales y cómo los diputados priístas locales siguieron la línea y también se opusieron a la reforma y no la aprobaron de manera que Coahuila fue el único estado que se opuso a esa reforma? ¿Recuerda cuando en el aniversario del caso de Pasta de Conchos, como apareció a nivel nacional a denunciar, según él, con indignación, que Fox lo quiso extorsionar y todo el mundo preguntó por qué no lo dijo cuando sucedió el accidente?


Ir contra corriente, como en este caso de la restitución de la pena de muerte le ha rendido buenos resultados al profesor Moreira, porque a río revuelto, ganancia de pescadores. El populismo y la demagogia inflaman los ánimos, nublan la razón, propician la simulación y el engaño, es muy lamentable que se aproveche la indignación, la indefensión y el horror de la gente para lucrar políticamente con un asunto que involucra la vida de seres humanos.


Es muy grave echarle leña al fuego, exacerbar el miedo que la guerra contra el crimen organizado incrementa sin pausa en la gente que sólo padece las consecuencias de los malos gobiernos que pudieron haber actuado a tiempo para evitar que las situaciones llegaran hasta donde se encuentran ahora, ellos, los gobiernos son los directamente responsables de lo que estamos viviendo, ¿por qué hemos de pagar los ciudadanos, cuántos políticos merecerían la inyección letal por sus omisiones?

Se entiende, es comprensible que los han sido secuestrados y sus familias apoyen sin condiciones la iniciativa, apoyo que finalmente se sustenta en el deseo consciente o no de venganza.
Invocar la Biblia para argumentar a favor de la iniciativa de la pena de muerte, es insostenible porque se descontextualiza el problema, se habla desde otro tiempo, desde otra sociedad que ya nada tiene que ver con la actual, además, Dios es un Dios de vivos, no de muertos.
Poner sobre la mesa de discusiones la restitución de la pena de muerte no es un mérito, es una infamia populista indignante de la que muchos están logrando ganancias importantes por apoyarla.

Los que apoyan la iniciativa, deliberadamente pasan por alto que nuestro país ha suscrito diversos acuerdos internacionales de derechos humanos en los que la abolición de la pena de muerte es vigente y se sostiene en dos principios fundamentales el de progresividad y el de no regresividad.

Baste recordar, que el Estado mexicano, en 2005 reformó los artículos constitucionales 14 y 22 para abolir la pena de muerte y con ello se dio un paso que no tiene vuelta atrás; además esa reforma avaló la falta de disuasión de la pena capital hacia los actos delictivos, así como la ausencia de un sistema judicial efectivo y confiable.

El espíritu justiciero del profe es una zanahoria electorera, un señuelo engañabobos. Insisto que se juzgue y aplique la inyección letal a los políticos y jueces corruptos, a los rapaces que se enriquecen con los presupuestos públicos, a los políticos omisos que no cumplen con sus juramentos de servir a la sociedad, a los que compran votos para llegar al poder, a ver si se atreven a restituir la pena capital. Seamos serias y serios, señoras y señores.


rosaesther80@yahoo.com

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