jueves, 7 de marzo de 2013


Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

Hay alarma

Saltillo es una ciudad a la que varios rankings colocan ente las mejores  para vivir en México, que sobresale por su calidad de vida, su ubicación geográfica, oferta laboral, servicios de educación y salud, sistemas de transporte y de comunicación, me parece que en este último rubro se equivocaron rotundamente los calificadores, pero bueno, dejémoslo así.

Sorprende que aún con su avance, como una urbe industrial globalizada, clasificada como la Detroit de México, se presenten casos como la epidemia de rickettsiosis que después de varios meses no ha sido debidamente atendida y menos erradicada.

Asombra, admira, que en noviembre pasado el director de programas preventivos del Centro Nacional de Control de Enfermedades, Cuauhtémoc Mancha Moctezuma, minimizara el caso de una niña fallecida por picadura de garrapata; el funcionario manifestó. “no es una epidemia, ni siquiera un problema de salud, sino de higiene” (15-11-12) a pesar de que para entonces había al menos 4 decesos más por picadura de garrapata.

Unos días después, los decesos por picadura de ese bicho ya ascendían en Coahuila a 8 casos,   y el funcionario insistía en que la causa era la falta de limpieza en los hogares, las situaciones precarias de vida, de falta de servicios públicos, de asentamientos irregulares y ahí la garrapata tiene su nicho, a pesar de que 2010 ya se habían registrado reportes de plagas  en Castaños en donde en ese entonces las campañas de desperrización se intensificaron; pero el problema de la epidemia garrapatas venía desde Eagle Pass, Tx.  En los que algunos ranchos fueron puestos en cuarentena.

De manera que son varios municipios del estado que desde 2010 iniciaron las campañas de desperrización como  fuente de rickettsiosis o fiebre manchada. Pero el alerta no sólo es en las áreas urbanas también en las rurales locales se encendieron los focos rojos a causa de la muerte de reces que al parecer están infectadas de garrapatas.

No fue menos sorprendente que a partir de enero de este año la Secretaría de Salud  suspendió las acciones informativas que realizaba para mantener a la sociedad informada sobre la epidemia de rickettsiosis además de la falta de eficacia en los programas de prevención de la norma Oficial Mexicana NOM-032-SSA2-2002 para la vigilancia epidemiológica, prevención y control de enfermedades transmitidas por vector, según parece la SS ha sido omisa en el tratamiento del problema.

Según informó Vanguardia, en 3 meses se tuvieron reportes de 29 casos en Coahuila, obtenidos mediante búsqueda activa, mientras que en 2011 solamente había reporte de 4 y la gran mayoría de los casos, 27 es ubicaban en Saltillo, uno en Allende y uno en Ramos Arizpe.

La falta de conocimientos sobre la enfermedad y sus síntomas ha provocado que las familias acudan tarde a los servicios de salud para recibir una atención adecuada, aunque se han presentado casos en los que la atención parece inadecuada, imprecisa por parte del personal médico. ¿Será que no tienen conocimiento suficiente sobre el problema?

La verdad es que resulta preocupante que hasta ahora en Saltillo la mayor parte de las muertes por rickettsiosis se hayan presentado entre niños. En total 13 casos y 8 decesos no es poco.

También preocupa que se hayan iniciado tardíamente las campañas de fumigación, cuando el problema se arrastra desde hace meses, lo menos que se puede pedir a las instituciones de salud es eficiencia, es su responsabilidad.  

Posdata

¿Cuál será la razón por la cual, primero Ismael Ramos Flores  ex Secretario de la Función Pública y Jorge Verastegui Saucedo, actual Secretario de Fiscalización y Rendición de cuentas del Gobierno del Estado, se han negado ilegal y sistemáticamente no solamente a emitir la resolución en firme de la auditoría practicada a la Universidad Tecnológica de Coahuila., en el año de 2001, sino también de mostrar físicamente y entregar copia simple del expediente respectivo al C.P. Pedro Carlos Aguirre Castro?. A pesar de que el contador ya fue exonerado en la instancia penal y le fueron resarcidos sus derechos laborales por la UTC. ¿Qué es lo que se oculta tras estos hechos? ¿En dónde está la trasparencia que este gobierno pregona?

 

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