martes, 5 de marzo de 2013


Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

¡Fango!

El destape de la cloaca en el SNTE salpica fango en todas direcciones. Confieso que a mí me causó pasmo, perturbación y hasta compasión ver a la poderosa maestra tras las rejas, ya sé que es algo que muchos estuvimos esperando por mucho tiempo, pero verla vencida, arrollada, vulnerable al extremo por el poder que antes la aduló, la empoderó y la mimó es algo estrujante para cualquier ser humano que no sea inmisericorde; pero aquí hay que ser “objetivos”, los sentimentalismos no caben porque son inocultables los hechos delictivos, están a la vista.

Porque los que antes fueron incondicionales de Gordillo hoy guardan discreta distancia, con cara de “yo no fui, nada tengo que ver con ella”.

Mediante este  “golpe” Enrique Peña Nieto pretende legitimarse como en otro tiempo lo hiciera su sombra y  mentor, Carlos Salinas de Gortari, y muchos dicen, él si tiene pantalones. Lo que pasa es que ya sabemos la historia y esta es la brecha para próximos actos autoritarios.

Entre los gobernadores convocados por Peña Nieto para  consensar el  gordillazo estuvo Moreira II, clan involucrado hasta la médula con la otrora emblemática maestra; por eso, en Vanguardia, James muy bien retrata a Humberto Moreira hijo político de Gordillo, que desde su placida estancia en España, becado por el SNTE, podría acudir  en defensa de la defenestrada  lideresa.

Se mencionó a Carlitos Moreira como posible sucesor en la presidencia del SNTE de la señora Gordillo, lo cual algunos dicen que fue un exceso coyuntural, pero ya sabemos que no, el que obtuvo la rifa del tigre fue Juan Díaz de la Torre; quien arremetió contra los medios de comunicación  y advirtió que publicarán desplegados en algunos diarios de circulación nacional para informar sobre lo que ocurrió en su Consejo Nacional, con el fin de no ser "rehenes" de quienes tienen un micrófono y una cámara, ¡ándale!, adelante.

Revirando hacia lo que pudiera suceder en la dirigencia del SNTE,  todo parece indicar que en el liderazgo de las cúpulas sindicales predominarán los cómplices del gordillismo sin que haya cambio alguno, el letargo y el miedo a la participación real  de los profesores puede hacer que la excelente oportunidad de que los docentes se deshagan de los que han arruinado las secciones 5 y 38 en Coahuila y que han dilapidado el patrimonio de todos, se esfume.

Pero volviendo al clan Moreira, dicen muchos profesores de la Sección 38 que Carlitos obtuvo prestamos millonarios de la Dirección de Pensiones (60 millones); la falta de transparencia, de rendición de cuentas y las canonjías que los líderes del Comité Ejecutivo  Estatal  detentan no hace  dudar de que ese “rumor” sea cierto, pero ¿quién podrá investigar?  Me temo que nadie.

Por otro lado, esta semana supimos que Humberto Moreira dio atole con el dedo a los coahuilenses, al Congreso local y a los bancos ¿más?, a los que solicitó préstamos utilizando varias veces los mismos decretos de autorización del Congreso, ya que entre 2006 y 2009, el Congreso local aprobó al menos tres autorizaciones de deuda, con las que se conseguirían créditos por 6 mil 253 millones de pesos.

De manera que la Administración de Humberto Moreira "recicló" en múltiples ocasiones los decretos y obtuvo un total de 16 mil 756 millones de pesos, de manera que  gran parte de esos recursos en realidad se tramitaron sin aval del Poder Legislativo en el Estado a los que les vio la cara; la prensa nacional difundió los detalles de las múltiples dentelladas del inefable,  autoexiliado y feliz  profesor. Señor Peña Nieto,  dice usted que nadie puede estar por encima de la ley, ¿y por qué en Coahuila sí?

Por eso no extraña que en el contexto nacional múltiples voces se hayan alzado pidiendo que Humberto Moreira sea llevado a juicio y  que Rubén renuncie a la gubernatura ya que llegó al  Ejecutivo estatal para encubrir a su hermano, pero además se pide que se investigue a Carlos.

Igualmente, la sociedad reclama que a Carlos Romero Deschamps y a los demás falsos líderes sindicales se les llame a cuentas. Señor Peña Nieto, usted afirmó en su mensaje a la  nación que el dinero no es de los líderes, sindicales, que los recursos pertenecen a sus agremiados no a sus dirigentes, los mexicanos vemos exactamente lo contrario, el enriquecimiento ilícito ha sido la norma de estos dirigentes, con la complacencia de los podres Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Finalmente expreso mi solidaridad al Siglo de Torreón y sus trabajadores y me sumo a la exigencia de que las autoridades castiguen estos recurrentes atentados.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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