Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Mujeres en lucha
El
momento para la igualdad y para
la libertad, siempre es el ahora.
la libertad, siempre es el ahora.
Conmemoramos el Día Internacional de la Mujer; en
este país vivimos 57 millones de mujeres (Inegi, censo de 2010) aunque para
estas fechas no tenemos información de cuanto haya aumentado esta cifra, no
obstante, lo cierto es que el 51.2% corresponde a la población femenina y el
48.8% restante a la masculina y a pesar de tener una evidente mayoría seguimos
viviendo en situaciones de discriminación, de desigualdad y violencia cotidiana.
En la página del Inmujeres se publicó un boletín en el
que se reprueba la campaña de
prohibición del uso de minifaldas en Ciudad Acuña, Coahuila, por ser una medida
discriminatoria hacia las mujeres que atenta contra sus derechos humanos. El
Inmujeres señala que: “Las mujeres tienen el derecho de vestirse como deseen y
considerar que el uso de minifaldas atenta contra la moral, el pudor, la
decencia y las buenas costumbres es lastimar la dignidad de la población
femenina”.
La moralina que
exhibió la Dirección Municipal de Seguridad de Ciudad Acuña, que pretendía
sancionar por el uso de esta prenda de vestir muestra una ignorancia supina en
cuanto a su obligación de proteger y garantizar los derechos de las mujeres en
igualdad y sin discriminación y también muestra la persistencia de la cultura
sexista, al tomar medidas ñoñas que ya no son tolerables.
En su discurso por la conmemoración de este día, Michelle Bachelet,
Directora Ejecutiva de ONU Mujeres menciona con énfasis que el cambio es
posible y se evidencia en casos como la solidaridad
mundial con la niña pakistaní llamada Malala que fue atacada por defender la
educación para todas y todos, así como con las niñas violadas en la India.
Michelle Bachelet manifiesta que su mensaje está lleno de esperanza pero
también de indignación y que ya es tiempo de que los gobiernos cumplan y
protejan los derechos humanos, que respeten los convenios internacionales que
han suscrito para poner fin a la violencia contra mujeres y niñas, el cambio es
posible, está ocurriendo, pero pregunta, cuántas mujeres tienen que ser
violadas, vejadas, asesinadas, la respuesta se encuentra en un sistema judicial
efectivo, con el cual todavía no contamos, porque ahí sigue imperando la
cultura machista además de la ignorancia sobre los contenidos y acuerdos internacionales
signados por México.
Vanguardia registra diariamente casos
espeluznantes como el de Sergio Bernal que, en estado de ebriedad y frente a
sus hijos, violó a su mujer y la atacó
con un cuchillo; también Concepción Armendáriz amenazó de muerte a su pareja; Sergio
Bocanegra, golpeó a su esposa y se le fue encima con un cuchillo; Martín Díaz
Lara golpeó a su excompañera sentimental, sacó unas tijeras y se las enterró en
dos ocasiones mientras ella estaba en el suelo sin poder defenderse; otro caso
fue el de Sandra que tuvo 2 parejas uno la maltrataba, los vecinos escuchaban
las golpizas pero su última pareja la mató.
En Coahuila, la impunidad de los
agresores sigue siendo la peor pesadilla de las mujeres y las leyes son
benévolas y piadosas con ellos. No es posible que tengamos instituciones que se
rigen por el “dejar hacer, dejar pasar” en lo que se refiere a violencia de
género; lo hemos dicho muchas veces en estas páginas, la violencia de género es
un problema de salud pública que produce daños físicos, psicológicos y
emocionales y que expone a las mujeres a embarazos forzados y a riesgos de
muerte.
Un hombre violento suele tener
celos excesivos, una baja autoestima, es dependiente, suele ser alcohólico, consumir
drogas, trae el antecedente de ser golpeador y hasta puede tener antecedentes
penales.
Vivimos en una sociedad en la que
el machismo, lejos de ser cuestionado es visto como algo natural y hasta es
elogiado, hay un culto “natural” hacia
la desbordante masculinidad y que no es cosa de individuos sino un fenómeno de
profunda raigambre social.
La lucha para avanzar por
conseguir la libertad, la igualdad, la seguridad, el derecho a la vida y a la
integridad de las mujeres sigue.
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