Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán
Enríquez
El agua, crisis de
conciencia política y social
El pasado 22 de marzo
conmemoramos el Día Mundial del Agua que fue instituido por la ONU. Este es un
tema en el que nos vemos involucrados todos los seres humanos, pero de esto hay
una muy pobre o nula conciencia social y política a pesar de que sabemos que o bebes agua o te mueres. No hay opción. El agua
es el oro líquido, es un tema de vida o muerte.
Un día al año me parece muy poco
para abogar por la gestión sustentable del agua dulce que invita a todos
sectores políticos y sociales a realizar
actividades concretas como la promoción de la sensibilización pública acerca de
la seriedad de la crisis del agua y provocar un cambio en las mentalidades
sobre la importancia de la cooperación para abordarla ya que una gobernabilidad
del agua que sea inclusiva y participativa y la cooperación entre los distintos
grupos de usuarios pueden ayudar a superar la desigualdad en el acceso al
líquido y, así contribuir a la erradicación de la pobreza y a mejorar las
condiciones de vida y las posibilidades educativas, especialmente de las
mujeres y la infancia.
Todas las actividades económicas
y familiares dependen del agua. La cooperación debiera llevar a un uso más
eficiente y sostenible de los recursos hídricos
por ejemplo, a través de planes conjuntos de gestión que generen
beneficios para todas las partes y mejoren las condiciones de vida.
La cooperación por la gestión
sustentable del agua contribuye a compartir los conocimientos acerca de los
aspectos científicos del agua, incluidos el intercambio de datos e información,
la estrategias de gestión y las mejores prácticas y conocimientos acerca del
papel del agua a la hora de preservar los ecosistemas.
Lo dice la ONU, el acceso al agua
puede ser una fuente de conflictos pero también es un catalizador de la
cooperación y la paz. La cooperación en un ámbito tan vital y práctico como es
la gestión del agua puede ayudar a superar las tensiones culturales, políticas
y sociales y puede generar confianza entre los distintos grupos, comunidades,
regiones o naciones.
En Coahuila llevamos 3 años
continuos de sequía, situación que ha resultado devastadora sobre todo para las
zonas rurales ya de por sí abandonadas desde hace casi 30 años por los
gobiernos neoliberales del PRI y del PAN.
La sequía en la entidad ha
causado estragos; en Saltillo al menos 5 pozos están secos, de manera que
tendrán que buscarse zonas de reposición; las pocas presas con las que cuenta
el estado están en niveles muy bajos y
los funcionarios responsables del manejo de este invaluable recurso dicen que
están preocupados, pero hasta ahora no hemos visto que realicen acciones
conducentes a la preservación y cuidado
de este recurso, al contrario, su intención explicita es vender este bien
público, lo dijo recientemente Gerardo Garza Melo, secretario de Gestión
Urbana, Agua y Ordenamiento Territorial quien manifestó que “La baja eficiencia técnica y financiera de los sistemas operadores de
agua obliga a que el tema de la aplicación de esquemas similares al de Saltillo
o Ramos Arizpe sea puesto sobre la mesa para el resto de los municipios del
estado”
El señor Graza Melo sigue al pie
de la letra la línea de su jefe, Oscar Pimentel -ahora operador de
Conagua-Barcelona- privatizar el agua de Coahuila, la pregunta es ¿por qué los
sistemas municipales operadores del agua de Coahuila no pueden ser eficientes?
Parece que es porque así conviene a los vendepatrias que sacan de ello
provecho.
Agsal anuncia que va a iniciar
una campaña para concientizar a la gente que son momentos de sequía y hay que hacer un uso consciente del agua,
tiene más de12 años en Saltillo y hasta ahora ofrece que realizará una campaña
de este tipo; no hemos cesado de echarle en cara a esa empresa su
desentendimiento sobre esta responsabilidad, la difusión continua y sin pausa
de una cultura del cuidado del agua por parte de los usuarios, cosa que Agsal
no ha hecho contando con la complacencia de su Consejo de Administración y el
Ayuntamiento que hasta ahora han permitido que la empresa eluda este
compromiso.
Es absolutamente insuficiente que
una vez al año los funcionarios públicos se acuerden de apelar a la conciencia
ciudadana para el cuidado del agua, cuentan con recursos que nosotros les
proporcionamos, es parte de su responsabilidad, de manera que ya es tiempo de
que integren en sus programas el de la promoción de la conciencia y el cuidado
sustentable del agua. Señores, basta de demagogia.