sábado, 22 de octubre de 2011

¡¡A diez años, saldo rojo!!

Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán enríquez

A diez años, saldo rojo

La democracia, para serlo de verdad,
ha de consolidarse en las normas y
en las instituciones políticas que
ordenan la vida de un Estado.
Mauricio Merino

El sistema electoral es considerado por la ciencia política, el principal componente de un Estado porque es a través de él que se puede nivelar la competencia y la competitividad del acceso al poder público.

Transitar desde un sistema electoral no competitivo a uno que sí lo sea, no es producto de la especulación abstracta sino de condiciones históricas concretas que exigen la separación de la función electoral del aparato administrativo en manos del gobierno.

En este País, la creación de órganos electorales autónomos derivó precisamente de la falta de competencia electoral, lo que llegó a producir falta de legitimidad, de credibilidad, de certeza y de objetividad en los proceso electorales; no era que el PRI, partido hegemónico, aceptara renunciar a la unanimidad, no, fue la falta de legitimidad de la elección de Carlos Salinas de Gortari lo que indujo a la creación del IFE y gradualmente a la de los institutos electorales de las entidades de la federación.

El Instituto Electoral de Participación Ciudadana de Coahuila cumple 10 años. Uno de los tintes que lo ha teñido desde su constitución es la duda sobre la imparcialidad; desde su nacimiento surgieron cuestionamientos sobre la imparcialidad en la designación de los consejeros, lo cual imprimió la sospecha de que los diputados locales que los eligieron tenían línea; de manera que la integración del Consejo General, la solicitud de remoción de consejeros y las críticas y declaraciones mediáticas de partidos políticos han sido la tónica de su breve existencia.

El mismo hecho de que el presidente del Consejo General haya sido el abogado del ex gobernador Humberto Moreira, provocó recelo. Además, cuando Francisco Faya fue presidente del IEPC se empecinó en su negativa de realizar monitoreos a los medios electrónicos; contra las denuncias y demandas de varios partidos políticos de que la televisión local y las estaciones de radio tenían un trato preferencial hacia los candidatos del PRI, Faya se mostró clara y radicalmente parcial defendiendo a los aspirantes del partido del gobierno.

En la elección a gobernador de este año el IEPC, con argucias, impidió la realización de debates y como se ha dicho en estas páginas, el árbitro no es confiable, su apego a la legalidad ha estado en duda, su credibilidad es endeble, su imparcialidad se percibe frágil.

El Consejo General del IEPC en diversas ocasiones ha sido acusado por corrupción por pagos indebidos a los consejeros, por discrecionalidad e irregularidades en el manejo financiero. La percepción de las oposiciones, la de la mayoría de los medios de comunicación es de frustración ya que el IEPC se ha caracterizado por su oficialismo, opacidad e incapacidad para detener los elementos de ilegalidad que permearon a las campañas electorales del julio pasado y para promover eficiente e imparcialmente el voto entre los ciudadanos.

El consejero presidente del IEPC en la elección para gobernador pasada optó por la banalidad del recurso mediático y cerró las opciones para que los candidatos debatieran públicamente de lo cual culpó a los partidos y al IFE.

Además, el recurso a la simulación por parte del presidente del IEPC ha sido recurrente; las campañas mediáticas de promoción del voto resultaron infortunadas y cuestionadas por múltiples profesionales de la comunicación.

A los consejeros no les importa la falta de credibilidad del IEPC, ellos están ahí porque los sostiene el poder del Ejecutivo estatal, a él sirven. Los consejeros del IEPC reciben cuantiosos sueldos, que les pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos, pero no muestran el menor interés en imprimir a los procesos electorales una dinámica de imparcialidad, de credibilidad y de legalidad.

Las urnas electrónicas son el ejemplo emblemático de la ineficiencia del IEPC; miles y miles de pesos sosteniendo un proyecto inviable que no tendría por qué serlo, si bien cada equipo cuesta más de 2000 dólares, si los consejeros supieran lo que están haciendo ya habría trabajado con todos partidos para mostrarles las ventajas del uso de la urna electrónica, pero no les importa, están ahí porque sirven a un amo que les paga bien.

El déficit de eficiencia y eficacia del IEPC en estos 10 años está a la vista, ese organismo nos está timando, millones de pesos acreditados a las cuentas de unos consejeros que no sirven a la ciudadanía sino a sus intereses individuales tasados en DINERO.
rosaesther80@gmail.com

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