Coahuila hipotecado
Rosa Esther Beltrán
In memoriam
A Jesús Torres Fraire, precursor y
defensor incansable de los derechos
humanos en Coahuila. Mis más sentidas
condolencias al Centro Juan Gerardi de Torreón
por esta irreparable pérdida.
En las páginas de la prensa nacional, a ocho columnas, Coahuila, a partir de agosto pasado, ha sido y sigue siendo noticia contra lo que ocurrió por décadas: una débil o nula presencia de la entidad en los medios nacionales e internacionales. Lástima que ahora la fama de la entidad sea para mal.
Sí, es la fama ganada por las mentiras, por los fraudes a las finanzas públicas, por el enriquecimiento inexplicable, por la presunta falsificación de los decretos del Congreso local, que comprende el uso de sellos de Hacienda apócrifos y firmas de funcionarios para presentar ente los bancos.
La Procuraduría Fiscal de la Federación (PFF) de la Secretaría de Hacienda, amplió el miércoles su denuncia ante la PGR, y ésta involucra al exgobernador Humberto Moreira, actual dirigente nacional del PRI, y a otros funcionarios estatales.
Hoy se definirá, finalmente, con negociaciones entre el Gobierno y los bancos, si el 100 por ciento del Impuesto Sobre Nómina (ISN) se utilizará como garantía para el pago de la deuda, y probablemente se finiquite la reestructura.
En medio de protestas y conatos de violencia, el Congreso del Estado aprobó el 28 de septiembre, con los votos del PRI y el PRD, así como con el de un diputado independiente y cinco en contra del PAN, utilizar el total del ISN como garantía para facilitar la renegociación y pago de la deuda.
La decisión del Congreso cayó (como dicen en mi rancho), como patada de mula a los empresarios de la entidad que son quienes pagan -con la colaboración de sus trabajadores, por supuesto-, el ISN, que es el principal impuesto que capta el Gobierno del Estado, y que este año, se presupuestó, ascendería a 482.2 millones de pesos, que significan el 16 por ciento de los ingresos propios, estimados en 2 mil 598 millones de pesos.
Fíjese usted, estimada lectora, lector, el 18 de agosto pasado, el Congreso estatal aprobó el decreto 534, con él autorizaba al Ejecutivo estatal a contratar empréstitos hasta por 33 mil 867 millones con el propósito de refinanciar el total de la deuda estatal, la que a finales del año pasado se había reconocido oficialmente por 7 mil 500 millones de pesos.
Los negociadores de los bancos, nada tontos, exigieron garantías de pago a causa de que en la información que se les había proporcionado descubrieron falsificaciones de firmas y documentos, por ello, con la modificación del Artículo 17 del decreto 534, se creará un fideicomiso de pago a acreedores que se apalanca en el total de los ingresos por el ISN.
Un grupo de indignados empresarios coahuilenses, agrupados en la asociación civil Claridad y Participación Ciudadana, A.C., se reunieron en Monclova con asistentes de Saltillo, Torreón, Sabinas, Piedras Negras y de ese municipio, donde criticaron que los diputados locales den su consentimiento al decreto adicional a la solventación de la deuda de Coahuila aprobado en agosto.
Los empresarios de la asociación civil pretenden ampararse contra el nuevo decreto emitido por el Congreso local, ya que el ISN tiene como objetivo que será aplicado al desarrollo de infraestructura, pero el nuevo decreto cambia su propósito, lo que es considerado por los empresarios como una violación. Calificaron además la aprobación del nuevo decreto como una vergüenza para la entidad.
Coahuila ha estado a expensas de un mitómano profesional y los coahuilenses hemos sido víctimas de una serie de fraudes políticos y financieros. El 3 de julio los ciudadanos de Coahuila acudimos a las urnas y la mayoría refrendó su apoyo a un partido político y a una familia para que permanecieran en el poder.
Los ciudadanos votaron por el PRI y por los hermanos Moreira como una garantía de continuidad de una serie de programas sociales que se venían aplicando y ahora están enterrados como consecuencia de la súbita crisis crediticia que vive el estado. El manejo de la deuda de Coahuila hace que Luis Echeverría y José López Portillo se conviertan en dos ejemplos de prudencia y probidad financiera.
¿Cuál será la suerte de los personajes que defraudaron al estado de Coahuila? ¿Veremos florecer de nuevo la impunidad? ¿Seremos testigos impávidos de esta connivencia impúdica?
rosaesther80@gmail.com
sábado, 1 de octubre de 2011
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