La organización recuerda en su informe sobre la situación de los
En cuanto a las investigaciones sobre las denuncias de detenciones arbitrarias, torturas y otros malos tratos por parte de agentes de policía, fueron "muchas veces deficientes, y la impunidad de las violaciones de derechos humanos era generalizada", según el informe.Sobre la violencia contra las mujeres, AI subraya que fue "generalizada" y que a la mayoría de las supervivientes se les "negó el acceso efectivo a la justicia", a pesar de "reformas
En relación a las medidas tomadas por el Gobierno con respecto al procesamiento de los responsables de graves violaciones de derechos humanos cometidas en décadas anteriores, tampoco se registraron avances, según la organización.En este sentido, AI destaca que el "Gobierno hizo caso omiso del informe final de la Fiscalía Especial (para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado) en el que se reconocía que los abusos habían constituido crímenes de Estado sistemáticos".
La ONG también denuncia que los periodistas, especialmente los que informan sobre narcotráfico y corrupción, fueron "objeto de ataques reiterados", y que al menos "seis periodistas y trabajadores de medios de comunicación fueron asesinados y otros tres fueron secuestrados".
Además, los defensores de los derechos humanos fueron objeto de "ataques, amenazas, hostigamiento y cargos penales infundados en muchos estados, en lo que parecían ser represalias por su labor", mientras que las comunidades indígenas y otros grupos desfavorecidos, como los "migrantes", sufrieron discriminación, según AI.
Tortura, discriminación y desapariciones en AL, señala AI
Londres, miércoles 28 de mayo. La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) afirmó que la tortura, la discriminación y las desapariciones forzosas continúan “arruinando la vida de muchos” en toda América Latina, y llamó a los gobiernos del mundo a rechazar las políticas “miopes” que han vuelto el planeta “un lugar más peligroso y dividido” y a ofrecer disculpas por los “60 años de fracaso en derechos humanos”.Al presentar su informe anual 2008, la secretaria general de AI, Irene Khan, llamó a potencias emergentes, como Brasil, México, India y Sudáfrica a convertirse en modelos de respeto de los derechos humanos y reprochó que los “abusos de poder y contra los derechos humanos” sigan quedando impunes en América Latina.
Kahn se mostró optimista con algunos cambios políticos en la región, particularmente en Cuba y Paraguay, donde se abren posibilidades de “mejora en la situación de los derechos humanos”.
Torturas, actos de discriminación y desapariciones forzosas “siguieron arruinando la vida” de muchas personas en América Latina, denunció AI.
En medio de este panorama sombrío, Khan hizo hincapié en algunos de avances en las últimas seis décadas, entre ellos la adopción de una legislación contra crímenes de guerra, de leyes de protección de los derechos civiles y en la abolición por cada vez más países de la pena de muerte.
El informe 2008 de AI subraya que, 60 años después de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos por Naciones Unidas, subsiste un abismo entre las promesas del documento del organismo y la realidad.
“Estados Unidos es la superpotencia mundial que también determina el comportamiento de otros estados. El mundo necesita que Estados Unidos se comprometa realmente con la defensa de los derechos humanos, tanto en su país como en el exterior”.
El reciente balance del gobierno de George W. Bush no es brillante: Estados Unidos se niega a considerar tortura la simulación de ahogamiento, continúan los interrogatorios en prisiones secretas de la CIA y sigue habiendo centenares de detenidos en la base naval de Guantánamo (en Cuba), en Bagram (Afganistán) y en Irak.
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