Ecocidio: destrucción
y complicidades
Rosa Esther Beltrán
Enríquez
En su mensaje a la Nación del día 2 de septiembre, Enrique
Peña Nieto, al referirse al cuidado del medio ambiente dijo: “Quién atente
contra el patrimonio natural, será sancionado”.
Las tragedias ecológicas ocurridas en los ríos del país,
especialmente la provocada por el derrame de residuos tóxicos, 40 mil metros
cúbicos de ácido sulfúrico de la minera Buenavista del Cobre del Grupo México
vertidos en los ríos Sonora y el
Bacanuchi que afectó a más de 24 mil
habitantes de las zonas próximas al afluente que alimenta peces, ganado y
cultivos.
Según los expertos en temas ambientales, el Grupo México de
Germán Larrea no sólo actúo de manera negligente ante el derrame, también le
mintió a la gente, quienes se enteraron del grave problema de contaminación por
el color y el mal olor del agua; ahora los damnificados, con toda razón exigen
la reparación del daño porque las
pérdidas que los afectan son incuantificables.
En efecto, la contaminación impide a los ganaderos ordeñar e
industrializar sus productos, el cultivo de tierras se detuvo, la crisis del
agua afecta todos los aspectos de la vida humana, animal y vegetal de la zona,
por lo que esta semana 50 habitantes de la zona rivereña del río Sonora
iniciaron la presentación de una demanda colectiva a la que se irán sumando
otros pobladores afectados por el trágico suceso del derrame tóxico.
Cabe aclarar que los
desastres ambientales se han sucedido uno tras otro, ocurrió el de la mina
Buenavista del Cobre, luego se presentó el derrame de crudo provocado por una
toma clandestina en el oleoducto Madero-Cadereyta que llegó al río San Juan,
afluente que alimenta la presa El Cuchillo que suministra agua potable a la
zona metropolitana de Monterrey; a eso siguió una fuga de gasolina proveniente de una toma clandestina que contaminó más de dos kilómetros del arroyo Hondo en Tierra Blanca,
Veracruz, matando decenas de animales marinos, terrestres, aves y flora;
en Jalisco se levantaron 53 toneladas de peces muertos presuntamente por
contingencia ambiental de la laguna de Cajititlán, ubicada en el municipio de
Tlajomulco de Zúñiga; y también,
enseguida pescadores del estero El Infiernillo, en Mazatlán, Sinaloa,
reportaron que por la acumulación de basura y desechos, miles de peces murieron
y otros agonizaron por horas.
Las tragedias ambientales no son “accidentes”, como pretende
presentarlo el Grupo México en Sonora, aseguran los expertos, son producto de
una legislación laxa que ha convertido al país en el paraíso de la
contaminación, porque la ley no contempla la figura de la prevención, en
opinión de Greenpeace México.
En el caso de las tragedias mineras, -las que en Coahuila
son una costumbre- el Grupo México de Germán Larrea acostumbra mentir o culpar
a los trabajadores para eludir responsabilidades y hasta clausura empresas a
fin de evitar el pago de sanciones; la riqueza de Larrea se calcula en más de
16 mil millones de dólares (Forbes) aunque no hay cálculos que midan su
corrupción e impunidad; en el caso de la minera Buenavista del Cobre de Sonora,
la Secretaría de Economía informó que no cancelaría la concesión de la empresa,
lo que puede leerse como un mensaje para los grandes capitales que invertirán
en el sector energético; la Profepa sólo aplicará una multa de 43 millones de
pesos, cantidad irrisoria si se considera el enorme daño ecológico provocado
por la empresa.
En México, la Ley de Responsabilidad Ambiental es nueva, data del 7 de julio de 2013, el caso Sonora sentará un precedente para sancionar a las empresas,
en este caso las mineras y Pemex;
veremos si lo dicho por Peña Nieto el martes 2 es un engaño más para
seguir protegiendo a los poderes
fácticos y acelerar así la destrucción de nuestro medio ambiente.
Un mes después del derrame de ácido sulfúrico en el río Sonora y su afluente
el Bacanuchi, como es costumbre en este país, no se sabe con exactitud a cuánto
ascienden los daños económicos, sociales y ambientales; por su parte en la
Cámara de diputados se acordó la instalación de la Comisión Especial de
Seguimiento a la problemática generada por el derrame de diversas sustancias
contaminantes en el río Sonora, a fin de que ejerza a la mayor brevedad posible
las funciones para las cuales fue creada.
Lo que sí está más que claro es el Grupo México de Germán
Larrea es una amenaza para el país ya que ha acumulado denuncias sin que las
autoridades federales del den cauce.
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