viernes, 23 de mayo de 2014

Escalofriante

Escalofriante

Rosa Esther Beltrán Enríquez

El hecho es de una infamia inconcebible, más viniendo de niños. Héctor Alejandro Méndez Ramírez murió ésta semana en Ciudad Victoria, después de estar 6 días hospitalizado con diagnóstico de traumatismo craneoencefálico grave.

Los causantes del deceso del menor fueron sus compañeros de clase de primero de Secundaria. Cuatro compañeros de Héctor Alejandro lo tomaron de las extremidades y lo lanzaron 2 veces contra la pared del salón de clases; lo niños se divertían en el juego llamado el “columpio”, y cuando Héctor se sintió en peligro pidió el auxilio de su maestra, pero ésta no lo ayudó.

Después del segundo impacto contra la pared, gravemente afectado, el niño agredido fue llevado a su casa y aún alcanzó a contarle a su madre lo que ocurrió en el salón de clases, además de revelarle los nombres de los agresores, los que hasta ahora no han sido revelados. Después fue internado en el Hospital Infantil en donde le declararon muerte cerebral, ante lo cual los padres del estudiante, aceptaron donar los riñones del joven.

La tragedia revela, en primer lugar, la negligencia de la maestra que no atendió el peligro que implicaba el juego del “columpio”. Después, llama la atención que la Dirección de la escuela haya minimizado y subestimado la gravedad del caso del alumno que finalmente perdió la vida.

Una vez ocurrida la muerte del menor, la Secretaría de Educación del Estado de Tamaulipas declaró que se trató evidentemente de un caso de bullying. También la Comisión Nacional de Derechos Humanos se pronunció sobre estos hechos, declarando que atraerá el caso de Héctor Alejandro, en vista de que ha recibido al menos 7 recomendaciones de casos de maestros que agreden a los alumnos.

El incremento de la violencia escolar revela la inconsciencia e imprudencia infantil, que de ninguna manera puede ser justificada, porque ésta se presenta si los adultos la permiten y la disculpan.

Hace varios meses la organización civil, “Mujeres y la Equidad de Género” presentó a la Cámara de Diputados un estudio sobre “La violencia entre pares (bullying) en las escuelas de nivel básico en México”, cuyo objetivo era proporcionar información a los parlamentarios sobre este fenómeno a fin de que sirviera como herramienta y apoyo al trabajo legislativo.

Se trata de una investigación que detalla el nivel al que pueden acceder las agresiones en las escuelas que pueden ir: del malestar a la frustración, del enojo a la furia, de la pérdida del control a la agresión física y al deseo de aniquilar, de matar y hasta el suicidio. Tan sólo en Coahuila el año pasado se suicidaron 8 infantes y 250 lo intentaron por ser víctimas de bullying.

Se necesita un plan derivado de un debate entre maestros, directivos, padres y alumnos para ayudar a resolver conflictos desarrollando en los y las niñas aspectos relacionados con la empatía, la compasión, la comprensión, la comunicación, la benevolencia, el respeto, así como promover la valoración de la diversidad.

Maestro: Escucha a tus alumnos. Toma en serio todo lo que digan acerca del bullying. Ante acoso, detén inmediatamente la agresión. Informa para generar conciencia sobre el problema y promover reglas y valores.
Padres y madres: Si tu hijo te informa que es acosado, pídele que dé los detalles. Sé empático con él o ella, y tómalo como una oportunidad para reflexionar sobre tu propia cultura familiar. No fomentes las represalias de ningún tipo. Informa a las autoridades escolares y exige que los acosadores tengan sanciones y que se trabaje el tema del bullying de manera integral en la escuela.

Los y las alumnas: Ante el bullying pueden aprender a manejar el miedo y el  enojo, no quedarse callados, hablar con un adulto de confianza que pueda intervenir. Pedir ayuda no es acusar. Decir ¡NO! Junto a sus compañeros y compañeras, pedir a quien agrede que se detenga. Aprender a evitar propagar chismes o mensajes hirientes en línea o en persona. Ofrecer apoyo. Evitar reaccionar con violencia al bullying. Trabaja por la paz, esto es lo primero.


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