sábado, 1 de diciembre de 2012


Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

La marcha fúnebre

Felipe Calderón se va, se marcha, todavía no se sabe a dónde pero deja tras de sí una estela de muerte y sufrimiento del que no podrá ser absuelto, porque su tozudez fue contundente; el sexenio “valiente”, pasa a ser el sexenio siniestro, el más cruel e inclemente del que se tenga memoria.

Cabría invocar el refrán, “lo que mal comienza, mal acaba”. Sí porque para llegar a la Presidencia de la República Calderón,  su equipo y asesores, con la invaluable ayuda de Televisa, construyeron en el imaginario social una amenaza de dimensiones apocalípticas, sembraron un miedo de alcances irracionales, una oleada de odio que se tradujo en rechazo electoral y en una polarización social de la que aún hay resabios.

Con un resultado electoral cuestionado, Calderón entró a la Cámara de diputados por la puerta de atrás y tomó posesión a fortiori, por lo que la ilegitimidad lo persiguió todo el sexenio.

Las “despedidas” al sexenio comenzaron el domingo pasado con manifestaciones para reclamar la abulia, la corrupción, la impunidad, la absoluta falta de justicia para las familias de al menos 24 mil desaparecidos contabilizados por la CNDH.

La organización, Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Coahuila (Fundec), conformada en su mayoría por madres que perdieron a sus hijos en Coahuila encabezó la protesta y hoy, El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) despedirá al “sexenio de muerte”, con una manifestación por la tarde en la Estela de Luz del Distrito Federal.

El dolor de México es inconmensurable. Hemos sido testigos de una barbarie inaudita, las narcofosas, los feminicidios, las decapitaciones que el año pasado fueron 596, las muertes de jóvenes y niños las que eufemísticamente les llaman, “daños colaterales”,, los secuestros, las desapariciones, el robo de órganos en la violencia indescriptible contra los migrantes, los asesinatos, la mayoría sin esclarecer, pero la lista no es exhaustiva.

De Coahuila la zona más afectada por la violencia es la Comarca Lagunera, en esta región fue donde el 20 de agosto de  2011 se desató una balacera, cerca del Estadio Corona, que provocó pánico entre los 20 mil aficionados que presenciaban el partido Santos-Morelia, y las ejecuciones se elevaron ese año un 198 por ciento.

Las cifras no son precisas, pero en un recuento de periodistas del semanario ZETA, establecen que en el sexenio de Calderón ocurrieron 83 mil 191 asesinatos relacionados con el crimen organizado, otros recuentos aseguran que los crímenes sobrepasan los cien mil muertos, sean los que fueren, el horror es el mismo y el dolor de cientos de familias no lo cura nada.

El Centro de Derechos Humanos, fray Juan de Larios, envió una carta al  todavía Presidente de México increpándolo por su insensibilidad ante las víctimas, por su incapacidad para escuchar a las familias de los desaparecidos y secuestrados, es una de las innumerables voces que gritan, que claman justicia.

¿Cómo transitar hacia la equidad y la paz si los mecanismos tradicionales de mediación institucional y social se han roto? ¿Qué hacemos para recuperar la cohesión social que muestra signos de agotamiento? ¿Qué mecanismos de mediación del conflicto pueden ser válidos y eficaces?

Lo que está ante nosotros es que el tejido social se desvanece y la justicia equitativa se difumina por lo que la responsabilidad de recomposición tiene distintas bases y rutas por ello es que el futuro y la viabilidad de México reclaman un Estado compuesto por una sociedad diversa, instituciones republicanas, políticas incluyentes, normas y valores orientados a la legalidad, así como la participación y la corresponsabilidad social.

Posdata

El derroche mediático que está haciendo Rubén Moreira para publicitar su primer  informe de ¿gobierno? contradice de manera contundente el gobierno y política austera que ofreció aplicar.  Esperamos que informe cuánto gastó en spots y publicidad en radio, televisión, prensa y espectaculares, son nuestros impuestos dilapidados en buena medida en fantasías.  

 

 

 

 

 

 

 

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