Horizonte
ciudadano
Rosa Esther
Beltrán Enríquez
La marcha
fúnebre
Felipe
Calderón se va, se marcha, todavía no se sabe a dónde pero deja tras de sí una
estela de muerte y sufrimiento del que no podrá ser absuelto, porque su tozudez
fue contundente; el sexenio “valiente”, pasa a ser el sexenio siniestro, el más
cruel e inclemente del que se tenga memoria.
Cabría
invocar el refrán, “lo que mal comienza, mal acaba”. Sí porque para llegar a la
Presidencia de la República Calderón, su
equipo y asesores, con la invaluable ayuda de Televisa, construyeron en el
imaginario social una amenaza de dimensiones apocalípticas, sembraron un miedo
de alcances irracionales, una oleada de odio que se tradujo en rechazo
electoral y en una polarización social de la que aún hay resabios.
Con
un resultado electoral cuestionado, Calderón entró a la Cámara de diputados por
la puerta de atrás y tomó posesión a
fortiori, por lo que la ilegitimidad lo persiguió todo el sexenio.
Las
“despedidas” al sexenio comenzaron el domingo pasado con manifestaciones para
reclamar la abulia, la corrupción, la impunidad, la absoluta falta de justicia
para las familias de al menos 24 mil desaparecidos contabilizados por la CNDH.
La
organización, Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Coahuila (Fundec),
conformada en su mayoría por madres que perdieron a sus hijos en Coahuila
encabezó la protesta y hoy, El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad
(MPJD) despedirá al “sexenio de muerte”, con una manifestación por la tarde en
la Estela de Luz del Distrito Federal.
El dolor de México es inconmensurable.
Hemos sido testigos de una barbarie inaudita, las narcofosas, los feminicidios,
las decapitaciones que el año pasado fueron 596, las muertes de jóvenes y niños
las que eufemísticamente les llaman, “daños colaterales”,, los secuestros, las
desapariciones, el robo de órganos en la violencia indescriptible contra los
migrantes, los asesinatos, la mayoría sin esclarecer, pero la lista no es
exhaustiva.
De Coahuila la zona más afectada por la violencia es la Comarca Lagunera, en esta región fue donde el 20 de
agosto de 2011 se desató una balacera,
cerca del Estadio Corona, que provocó pánico entre los 20 mil aficionados que
presenciaban el partido Santos-Morelia, y las ejecuciones se elevaron ese año
un 198 por ciento.
Las
cifras no son precisas, pero en un recuento de periodistas del semanario ZETA,
establecen que en el sexenio de Calderón ocurrieron 83 mil 191 asesinatos
relacionados con el crimen organizado, otros recuentos aseguran que los
crímenes sobrepasan los cien mil muertos, sean los que fueren, el horror es el
mismo y el dolor de cientos de familias no lo cura nada.
El
Centro de Derechos Humanos, fray Juan de Larios, envió una carta al todavía Presidente de México increpándolo por
su insensibilidad ante las víctimas, por su incapacidad para escuchar a las
familias de los desaparecidos y secuestrados, es una de las innumerables voces
que gritan, que claman justicia.
¿Cómo
transitar hacia la equidad y la paz si los mecanismos tradicionales de mediación
institucional y social se han roto? ¿Qué hacemos para recuperar la cohesión
social que muestra signos de agotamiento? ¿Qué mecanismos de mediación del
conflicto pueden ser válidos y eficaces?
Lo
que está ante nosotros es que el tejido social se desvanece y la justicia
equitativa se difumina por lo que la responsabilidad de recomposición tiene
distintas bases y rutas por ello es que el futuro y la viabilidad de México
reclaman un Estado compuesto por una sociedad diversa, instituciones
republicanas, políticas incluyentes, normas y valores orientados a la
legalidad, así como la participación y la corresponsabilidad social.
Posdata
El
derroche mediático que está haciendo Rubén Moreira para publicitar su
primer informe de ¿gobierno? contradice
de manera contundente el gobierno y política austera que ofreció aplicar. Esperamos que informe cuánto gastó en spots y
publicidad en radio, televisión, prensa y espectaculares, son nuestros
impuestos dilapidados en buena medida en fantasías.
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