Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
2012, Año ciudadano
Es obvio que el acontecimiento más destacado, el más importante de este año es la elección presidencial, el de las 500 curules de la Cámara de Diputados federales y los 128 escaños del senado de la República así como de seis Gobernadores y del Jefe de Gobierno del Distrito Federal también cambiarán.
En el padrón electoral están inscritos 84 millones 220 mil 534 ciudadanos mexicanos de éstos, el 48.35 por ciento son hombres y el 51. 65 mujeres. En Coahuila, hasta el 30 de diciembre el padrón electoral, constaba de 2 millones, ciento cinco mil, 977 ciudadanos, de los que el 49.17 por ciento eran hombres y el 50.83, mujeres.
Algo que parece tan simple como el que los ciudadanos puedan entrar a una mampara para emitir su voto en secreto y en libertad, requiere de una infraestructura espectacular, enorme.
Para la elección de este año se tiene considerado instalar 147 mil 905 casillas básicas, contiguas y extraordinarias, se imprimirán 83 millones 877 mil 408 boletas electorales, para Presidente de la República y el mismo número para senadores y diputados federales, así como 300 mil actas de la jornada electoral. Estos datos nos dan una idea de cuál es la situación y el reto que tiene el ante sí el IFE, en cuanto a ciudadanos a los que solicitará su colaboración.
Para esta elección se espera que el IFE convoque a cerca de ocho millones de ciudadanos para que integren las mesas directivas de casillas. Es precisamente la organización de las elecciones federales la primera razón de ser del IFE, y es esta labor profesional, la que ha sido reconocida dentro y fuera del país por elecciones anteriores. Es claro que la estructura local y distrital del IFE es una pieza clave para el éxito de los comicios.
Éstas son sólo algunas de las actividades más importantes que el IFE organiza en las que se involucran directamente cientos de miles de ciudadanos; pero habría que agregar a los observadores electorales, ciudadanos nacionales y extranjeros que se ocupan de vigilar que el proceso electoral se apegue a la ley.
Pero parece que entre algunos estratos de ciudadanos se incrementa la convicción de que es preciso estar atentos a las plataformas políticas de los candidatos, que tenemos que pensar en el voto en serio, porque si de algo estamos seguros es que la clase política, “nos tiene hasta la madre”, dijo Javier Sicilia. Estamos hartos de la falta de visión de los políticos, de su corrupción y corporativismo, de su ineficacia para logar disminuir la desigualdad y la pobreza, hartos de la partidocracia que nos mantiene atorados sin poder avanzar en la democratización de la democracia.
Pero por otro lado, estamos ciertos de que los gobernadores, harán todo lo que esté en sus manos para comprar e inducir el voto a través de las políticas sociales; aquí mediante la Tarjeta de Beneficios, de la que se responsabiliza Martha Laura Carranza. ¿Cuántos cientos de millones de pesos canalizarán para esta operación para la que los ciudadanos de escasos recursos ya están preparados, esperando que les lleguen los beneficios? Y dispuestos también a dar su voto al partido que mejor satisfaga sus necesidades.
Es importante que vayamos haciendo un mapa sobre los asuntos y las preguntas que nos urge que los candidatos nos respondan; que nos digan si les parece justo que los hospitales públicos estén saturados de enfermos y en total desabasto de medicamentos y equipo, si es justo que esos enfermos tengan que esperar años para tener acceso a la curación por la que ya pagaron.
Que nos digan en dónde se encarna para ellos la injusticia y qué soluciones proponen, qué cambiarían si ellos llegan al poder. La injusticia nos ahoga, está alojada en la economía, en el poder judicial, en los ministerios públicos, en la irresponsabilidad que cobija los congresos locales y el Congreso de la Unión; que nos digan, cómo combatirán la corrupción que ellos promueven.
La elección es de los ciudadanos, nosotros la pagamos, así que es tiempo de promover un gran debate sobre las injusticias que van carcomiendo día a día el tejido social de este país.
La soberanía reside en el pueblo, dice nuestra Constitución, pero el pueblo no puede reclamarla si no está organizado y consciente de sus derechos, entramos a un tiempo de reflexión para la participación ciudadana que es la única vía para contribuir al desarrollo y la justicia que anhelamos.
martes, 10 de enero de 2012
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