“Betillo” viajaba en condiciones infrahumanas por el tren, al igual que cientos de indocumentados, porque su ilusión era encontrarse con su esposa e hijos, que lo esperaban en Estados Unidos y lo único que halló fue la muerte. Así le llamaban al chico que murió mutilado al caer del tren en Salazar y San Lorenzo, en el tramo conocido como Topos, al sur de Saltillo.
Este joven de 24 años tenía prisa de llegar a Estados Unidos, por lo que no se quedó en la
El joven estuvo en la Casa del Migrante de San Luis Potosí, y llevaba aproximadamente 20 días viajando. Betillo era muy alegre, entusiasta y platicador, reveló Jim, otro joven hondureño que viajaba con él, quien narró que conoció a Betillo, el nombre con el que se presentó, en San Luis Potosí, su
Jimy, hondureño tenía 23 días de viajar, conoció a Betillo en el tren, adelante de San Luis Potosí, “No pudimos agarrar el tren, caminamos hasta Boca y ahí lo agarramos, Betillo venía caminando por encima y se sentó a platicar con nosotros y empezamos a hablar de lo personal de uno”.
Betillo era de la colonia Latín Medio, en Tegucigalpa. “Le dije que tenía un amigo, Cristian, y él conocía a mi amigo, me pidió si lo vuelves a ver dile que conociste a Betillo”.
Son millones de personas las que migran por la pobreza en todo el mundo, esta historia muestra al menos un mínimo de información que la reportera recopiló sobre ese migrante anónimo.
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