Cultura artística y educación
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Hasta ahora la educación
artística ha sido considerada como un asunto de segunda o hasta de ninguna
importancia en el proceso educativo; apenas hace 3 años la educación
artística fue incluida como materia obligatoria; pero vea usted, estime si será
suficiente, en primaria los alumnos tienen asignada una hora a la semana con la
que se cubren 4 disciplinas: música, danza, pintura y teatro y en secundaria
son 2 horas a la semana; parece que las autoridades educativas no han
profundizado y evitan hacerlo, el hecho de que México es un país con una enorme
y milenaria tradición cultural que bien a bien, ni siguiera se conoce en toda
su dimensión y menos la conoce la clase política cuyo interés es el dinero y no
el servicio a los ciudadanos.
Por la ignorancia y el desprecio
de los políticos hacia el vasto fenómeno de la enseñanza cultural se desconoce
el puente que ésta forja para contrarrestar la violencia, la marginación y los
problemas sociales que México padece.
Un programa de cultura y arte bien estructurado y completo en
una escuela aporta a la paz ya que permite a los individuos conocerse y
expresarse con libertad, además de que, son fundamentales para la cohesión
social.
Hay que reconocer que los
artistas no son formados para construir sus vínculos con los públicos, hacer
trabajo de difusión es considerado por la mayoría de ellos como responsabilidad
de las instituciones, sin embargo, en Coahuila hace tiempo que los artistas se dieron cuenta de que
también es tarea de ellos realizar la difusión de la cultura y se decidieron a
tomar la satén por el mango movilizándose intensamente, realizando foros e
incluso impulsando una iniciativa de Ley de Cultura que fue aprobada por el Congreso local y
también se formó un Consejo de Cultura cuyo principal objetivo es propiciar la
participación, con voz y voto de la comunidad
cultural a fin de incidir en el diseño y la aprobación de esas
políticas, no obstante, ha sido al Gobierno estatal al que le ha faltado
voluntad política para recibir e impulsar estas iniciativas de la comunidad
artística local.
Esta semana se realizó en la Ciudad de México el
Primer Congreso de Educación Artística organizado por la Fundación Vivarte
cuyos objetivos eran, promover
valores que coadyuven a vivir las artes para la mejora del ser humano y por el
bien común; la temática central fue: educación artística, transformación y
cohesión social, dando a conocer experiencias en los ámbitos
de la educación, la investigación y la creación.
Los participantes presentaron en la mesa de reflexión un nuevo reto de la
educación artística, el de contribuir a la reconstrucción del tejido social
promoviendo los valores que coadyuven a una convivencia fundamentada en vivir
las artes para contribuir a la mejoría del desarrollo humano.
En el Congreso se presentaron cinco conferencias magistrales, 12 paneles
de discusión, 14 mesas de reflexión, 31 talleres, 31 clínicas y más de 30
muestras artísticas; ahí se reunieron más
de 15 mil participantes y 200 ponentes provenientes de Argentina, España,
Colombia, Estados Unidos, Costa Rica, Puerto Rico y México, así como especialistas de la ONU de la Organización de Estados
Iberoamericanos y grupos académicos y de arte provenientes de 12 estados del
país, lo cual descubre la relevancia del tema.
En suma el Congreso fue un éxito y abrió un espacio para la reflexión, el
intercambio y la capacitación docente, pero además reveló al arte como una vía
de conocimiento, de liberación y como un instrumento para comprender nuestra
contemporaneidad y a través del arte promover un nuevo humanismo, del cual estamos urgidos.
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