viernes, 13 de diciembre de 2013

El adiós de los alcaldes

Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

El adiós de los alcaldes
Se cierra un capítulo más de la historia de las presidencias municipales de Coahuila. En algunas hay esperanza de cambios a favor de la ciudadanía; en otras, la inercia del continuismo en el saqueo de los recursos públicos y la impunidad, como ha sucedido históricamente en Torreón, Piedras Negras, Frontera y Monclova, por mencionar algunos, y la inexistencia de la rendición de cuentas se evidencian. Veamos.
Desde 2009, el Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (IMCO) evalúa la calidad de la información presupuestal de los municipios del País sobre la base de un catálogo de buenas prácticas.
Esta evaluación se ha convertido en un punto de referencia para las mejores prácticas en la calidad de la información presupuestal y de finanzas públicas. La obligación de rendir cuentas del gasto público municipal está contenida en el Título V de la Ley General de Contabilidad Gubernamental, reformada en noviembre de 2012.

Este año, de los 366 municipios evaluados, sólo 10 se encuentran arriba del 70 por ciento de calificación; 72 municipios están entre 27 y 58, y 284 quedan por debajo del 25 por ciento. El 97 por ciento de cada 100 municipios están reprobados en transparencia y rendición de cuentas, ya que incumplen al difundir en sus páginas las normas contenidas en la Ley General de Contabilidad Gubernamental.
Todos los municipios de Coahuila que fueron evaluados en la muestra quedan abajo del 30 por ciento. Piedras Negras alcanza un 27 por ciento; Monclova el 23; Nava, Arteaga, Torreón, logran un 22; Frontera y Matamoros 20; Saltillo 18; Ramos Arizpe 17, y Castaños apenas llega el 15 por ciento en trasparencia presupuestal. A pesar de que los municipios gastan más en salarios y en deuda pública, reprueban a la hora de transparentar sus presupuestos.

De manera que, subrayo, esta evaluación refleja que la opacidad, la falta de rendición de cuentas es una cultura de la administración pública de Coahuila y no hay quien la combata. A nadie extraña, pues, la “megadeuda”; lo que sí sorprende es que Jericó Abramo Masso informe que se pagaron los créditos bancarios y dejará una ciudad con cero deuda pública, ¿se equivocaría el IMCO en su evaluación en transparencia presupuestal respecto a Saltillo?, ¿se equivocó cuando, hace unas semanas evaluó al Gobierno de Coahuila y éste resultó reprobado en rendición de cuentas y transparencia?

Los que conocen por dentro al aparato gubernamental, estatal y municipal, sostienen que en la administración municipal la deuda a proveedores supera los 99 millones de pesos y que las cuentas por pagar, al menos a octubre de este año, comprenden varias decenas de millones más. ¿Cuál es la realidad?
El Alcalde de Saltillo presentó su último informe, y como antes dijera Jorge Torres López, actualmente prófugo: “Hoy, Coahuila es otro”, Abramo dice: “Saltillo es otro”. Estamos en “Jericolandia” y es poco decir, con la nueva forma de gobernar.

En cuestión de seguridad pública: “Impartimos cursos sobre derechos humanos al 100 por ciento de nuestros policías”, ¿y por qué será que los migrantes han presentado denuncias formales, aún en el ámbito internacional a organismos defensores de derechos humanos porque los policías municipales los golpean, los roban, los torturan?; ¿será que los policías le hacen al zopenco en ese aprendizaje?

En el Plan de Desarrollo Municipal, 2010-2013, Abramo ofreció dotar a Saltillo de un Centro Histórico digno (CH, p 53), como bien lo documentó VANGUARDIA (22-11-13 / 23-11-13) y los comerciantes de esta zona lo afirman: “No hay políticas para conservar y proteger el CH. El casi exalcalde ofreció reducir el perímetro del CH y se hizo, pero hasta ahí llegó y una gran parte de CH está en ruinas.

También fue sorprendente que Rubén Moreira no haya estado presente en el Informe de Jericó. ¿Por qué? “Chema” Fraustro no era el representante adecuado para la despedida de Jericó como Alcalde de la capital del Estado. Habría que recordar que cuando asumió el cargo estuvieron exgobernadores y priístas de primer nivel, ¿por qué ahora le restan reconocimiento?
En conclusión, Coahuila es un buen ejemplo de la anarquía. Los funcionarios públicos hacen exactamente lo que quieren y la mayoría se van sin rendir cuentas, no obstante terminan casi como héroes en sus municipios. ¿Y la Auditoria Superior del Estado? Está pintada.


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