Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Consenso en contra del confinamiento
La oposición en contra de la instalación del confinamiento de residuos tóxicos en los terrenos cercanos al ejido de la Noria de la Sabina del municipio de General Cepeda se consolida, los ejidatarios van haciendo conciencia de lo que significaría para ellos y sus familias la instalación del basurero tóxico: la muerte.
El Comité Ciudadano de Vigilancia, constituido expresamente para evitar el avance de ese proyecto ha promovido la formulación y entrega de actas de asambleas ejidales en las que se manifiestan, mediante firmas un claro rechazo a ese plan que perjudicaría al menos a los 40 ejidos del municipio.
Los integrantes del Comité informan que hasta ahora han entregado a la Presidencia Municipal y a SEMARNAT 19 actas firmadas de comunidades unidas contra el confinamiento y 10 comunidades más han sido visitadas e informadas; hasta ahora en todas hay un claro consenso en contra del confinamiento y muy posiblemente pronto concreten la entrega de sus actas de asamblea; ya se sumaron al Comité, Regidores y ejidatarios de Ramos Arizpe, otros cercanos a Morena y de diferentes comunidades; los ejidatarios de Noria expulsaron a varios promotores encubiertos que llegaron sin darse a conocer como enviados de Daniel Calvert, bajo el nombre de Actúa Verde.
Hasta ahora, tanto la Sociedad Ecológica Mexicana del Norte, S.A. como las autoridades federales, las estatales y municipales han actuado con dolo, mediante engaños y falsas promesas: Los representantes de la Empresa Sociedad Ecológica ofrecieron a los ejidatarios que instalarían una maquiladora de ropa o una granja de pollos en un terreno del que se presentaron como dueños y además han repartido despensas, por ello los campesinos vendieron predios a la empresa para la construcción de un camino que se conecte con la carretera a Torreón y así facilitar el acceso a las instalaciones del confinamiento.
El proyecto de instalación del basurero tóxico se dio a conocer apenas el año pasado y aunque en múltiples ocasiones el alcalde de General Cepeda, Rodolfo Zamora Rodríguez ha expresado que no le llegarán al precio para autorizar esa instalación, todo mundo sabe que ante el dinero, “la Chopa” y su familia viven de rodillas, por eso es que su silencio y el de la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila resultan sospechosos y generan desconfianza.
Los habitantes de las comunidades ejidales, temen sobre todo a la contaminación del agua porque varias beben de los veneros del ejido de Noria de la Sabina, como los del Pilar de Richardson para los que el confinamiento significaría la muerte de su comunidad, por eso ellos defienden su tierra, dedicada a la candelilla, al ixtle, a la ganadería y a la agricultura, sabemos que a la clase política federal y local y a los empresarios les importa menos que un cacahuate la devastación total de estas comunidades.
La inequidad en cuanto a la instalación de los confinamientos tóxicos, de los que sólo existen dos en el país, uno en Mina, N.L. y otro en Ramos Arizpe, sugiere las preguntas, ¿por qué únicamente en esta región del norte, no sería lo prudente que cada entidad instale el suyo para el servicio de sus propias industrias? ¿Por qué eligen General Cepeda que no tiene hasta ahora vocación industrial, será que entre otros van a destinar allí los residuos de Derramadero? Se dice que en Derramadero los Moreira son fuertes terratenientes. ¿Habrá alguna relación entre estos proyectos?
Cabe agregar que hasta ahora, en donde se ubican, los confinamientos de residuos peligrosos lo único que han generado es depredación, despojo, abusos y enfermedades para los habitantes de esas regiones, de manera que, ¿eso queremos para General Cepeda? Defendamos nuestra tierra, defendamos nuestra historia contra los apátridas representados por el moreirato.
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