"Por una ciudadanía crítica y participativa"
Foro Ciudadano: La Reforma Energética
PROGRAMA:
3. Sesión de preguntas.
COCIPE: Alianza Cívica, AUAS, Centro de Derechos Humanos "Fray Juan de Larios", CEP-Parras A.C., Cé–Tierra, Cruzada por
El Consejo Ciudadano Permanente de Organizaciones de la Sociedad Civil en Saltillo, incluye grupos con interés en derechos humanos, soberanía nacional y desarrollo sustentable: Alianza Cívica, Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo AUAS, Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, CEP-Parras, Cé-Tierra, Cruzada por la Legalidad, Frontera con Justicia, Huakori, Radio Imagina Saltillo, Red Oasis, Redes Ciudadanas Independientes, y SARTRE
COCIPE: Alianza Cívica, AUAS, Centro de Derechos Humanos "Fray Juan de Larios", CEP-Parras A.C., Cé–Tierra, Cruzada por
Por Luis Felipe Rodríguez
El martes 24 de Junio se celebró una marcha ciudadana en defensa del agua convocada por diversas organizaciones civiles. Congregados en el Monumento a Miguel Hidalgo, marcharon cientos de laguneros de Torreón a Gómez Palacio, para retornar y realizar un mitin informativo frente a las oficinas de CONAGUA. A pesar de las inclemencias del tiempo, el éxito de la marcha es un reflejo de la gravedad del problema de salud pública y de el futuro ominoso que nos espera de no actuar a tiempo en la atención a los llamados de alerta que la naturaleza nos manda, y de que la ciudadanía ha dicho ¡basta!, y se dispone a luchar por salvar del desastre ecológico a la Laguna. El objetivo básico de esta marcha consistió en manifestar a las autoridades responsables del manejo del agua, y a todas aquellas relacionadas con la salud y el cuidado del medio ambiente, la decisión de la ciudadanía lagunera de levantar la voz para exigir la aplicación inmediata de políticas públicas tendientes a detener el inminente colapso de la región lagunera, generado por el actual modelo de producción agroindustrial basado en un uso depredador del recurso agua en detrimento de la población y de las actividades productivas industriales, comerciales y de servicios.
A pesar de las innumerables llamadas de atención del riesgo ecológico en que nos encontramos en diferentes etapas, luchas, coyunturas y foros por parte de las organizaciones ambientalistas, de derechos humanos, del sector académico, de los medios de comunicación, y de la ciudadanía en general, no hay quien escuche y atienda con la firmeza y responsabilidad que las dimensiones del problema que la sobreexplotación de los mantos freáticos ha ocasionado en la salud de la población, y en la viabilidad de un futuro sustentable para la región.
Las tímidas respuestas esbozadas por las diversas autoridades gubernamentales relacionadas con el cuidado del ambiente, del recurso agua, de la salud y de la vida económica y social de la región, son francamente de una ignorancia, desfachatez, cinismo, o de plano de una complicidad criminal con los responsables principales de proceso progresivo de envenenamiento colectivo de la población por el arsénico, el cual transita libremente por cada una de las tuberías que lo conducen a cada hogar lagunero. Y aquí no hay quien se salve, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos; todos nosotros expuestos al veneno silencioso.
¿Hasta cuando? Es difícil pensar que las autoridades gubernamentales en sus diferentes niveles y áreas de responsabilidad actúen y rectifiquen sus acciones y omisiones y apliquen la ley, ellos tienen los mecanismos, instrumentos y el poder para reorientar el rumbo, ponerse de lado de la ciudadanía por el bien de todos. Aún es tiempo de que las elites de la burocracia y la política puedan pasar a la historia como políticos y funcionarios activos, sensibles y consecuentes en la solución inmediata y de largo plazo de las necesidades y problemas de su pueblo y de su entorno. Y de que las diversas organizaciones empresariales actúen en defensa de la economía regional y de su propia existencia, dentro de un espacio económico con ventajas competitivas y de atracción de inversiones externas e internas. ¿Que ofrece la región al mundo de los negocios en estos tiempos? Solo desolación, desesperanza, enfermedad, contaminación y deterioro ecológico. El optimismo gubernamental y empresarial sobre el diagnóstico actual de la región, o se funda en la ignorancia, información a medias o de plano en un desinterés y una rentabilidad económica cortoplacista, que de seguir en la pasividad sus sueños se convertirán en una real y tangible pesadilla.
El apoyo de la ciudadanía y de las organizaciones civiles en el diseño, implementación, control y evaluación de las políticas públicas necesarias para el rescate de la región será una realidad en caso de que el gobierno actúe en consecuencia. De lo contrario solo la organización y participación ciudadana en sus diferentes formas recordará -más temprano que tarde- a las autoridades correspondientes que en primera y en última instancia son servidores públicos, y que nosotros somos ciudadanos y no siervos. El futuro de la región esta de por medio. A luchar por ella.
Luis Felipe Rodríguez: luferod@hotmail.com
Economista, nacido en Torreón (1956). Ha colaborado en los principales diarios locales, y en revistas y periódicos universitarios con artículos, reseñas y ensayos sobre temas culturales y de interés general.
1. ¿Cuándo llega Aguas de Barcelona a México?
Agbar: Empezamos a trabajar en México en el año 2000 aunque anteriormente Aguas de Barcelona había intentado entrar a México, allá por el 91-92 a los contratos de servicios del Distrito Federal, pero es hasta el 2001 cuando se realizó la primera contratación formal de nuestros servicios que consistió en la creación de una empresa mixta, una asociación con el municipio de Saltillo en el estado de Coahuila, para operar en forma conjunta el sistema de agua potable y alcantarillado. Es así que a partir del 2001 estamos operando en México.
Agbar: En ninguna otra ciudad por el momento.
3. ¿Por qué Aguas de Barcelona consideró importante a México para operar?
Agbar: Debo explicar primero qué hace Aguas de Barcelona. Aquí se nos confunde como una empresa de tratamiento de aguas o reciclaje de aguas. Eso, lo hacemos también cuando las plantas forman parte de los sistemas, lo que nosotros hacemos fundamentalmente es operar, administrar, gestionar de forma integral el sistema de agua potable y alcantarillado, en un municipio, en una ciudad. En eso somos expertos ¿Qué es lo que nos atrajo de México para trabajar aquí?. Bueno, pues sucede que la gestión de los sistemas de agua es muy deficiente, por diversas razones que mencionaré adelante, lo que hace que la eficiencia de los sistemas de agua es muy baja. Aguas de Barcelona, especializándose en la gestión de aguas por más de 130 años, tiene mucho valor agregado que aportar al que esta eficiencia, que es muy baja, suba a niveles normales o a niveles sostenibles. La eficiencia en un sistema de aguas se divide en dos: la eficiencia física que consiste en que se pierda el menor volumen de agua que se obtiene de la fuente hasta hacérsela llegar al usuario y por otro lado está la eficiencia comercial. La eficiencia física en nuestro país según algunos datos es del 50%, es decir que de cada metro cúbico que inyectamos a una red urbana se pierde la mitad, que es bastante grave. La eficiencia comercial está un poco más elevada, pero no mucho, está como en 59 o 60%, lo que significa que por cada metro cúbico de agua facturado sólo se cobran 600 litros. Dada que ésta es la situación que guarda la mayoría de los sistemas de agua potable en nuestro país, pues ese es un atractivo y un reto para empresas como Aguas de Barcelona.
Comentarios de AUAS: El Ing. Usobiaga da a entender que se han respetado todas las leyes y regulaciones durante su operación del sistema de agua de Saltillo, pero éste no ha sido siempre el caso. En el documento “Cuestionamientos Ciudadanos a la Gestión de un Sistema de Agua Semiprivatizado: AGUAS DE SALTILLO, S. A. DE C. V.” (disponible en http://www.imacmexico.org/ev_es.php?ID=31037_201&ID2=DO_TOPIC) hacemos una relación de las leyes y normas que ha violado –y continúa violando- la empresa.
La afirmación de que la gente de Saltillo está muy satisfecha con el servicio nos parece, por lo menos, aventurada. Aguas de Saltillo es la empresa con mayor número de quejas ante Profeco. A mediados del 2002, la Asociación de Usuarios del Agua, junto con Alianza Cívica, llevó a cabo una encuesta para conocer la satisfacción de los usuarios con el servicio de la empresa mixta. Los resultados fueron muy diferentes de los que entonces se manejaban en las encuestas que el municipio mandaba a hacer, y estamos seguros de que éste es el caso todavía. Estamos planeando realizar una encuesta semejante a la del 2002, con todos los elementos para que sea estadísticamente significativa, durante el primer trimestre del 2007.
Autor(es): Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo (AUAS)
Jaime Avilés/I (Enviado)
Saltillo, Coah., 14 de junio. ¿Por qué se están secando los árboles y los prados en los jardines públicos de esta ciudad? La respuesta en la calle es unánime: porque la “dueña” del agua –es decir, la trasnacional Aguas de Barcelona, que opera aquí desde octubre de 2001– pide, por regar los parques, una cuota mensual de 100 pesos, tres veces más alta que la del consumo doméstico (35 pesos), y como la gente se niega a pagarla los deja morir de sed.
“Hemos llegado a tal extremo que por instalar una toma de agua en una casa recién construida, (los europeos) cobran lo que vale todo el terreno”, denuncia el obispo de Saltillo, monseñor Raúl Vera López. Ellos “controlan 49 por ciento de las acciones (del sistema hidráulico local), pero imponen todas las decisiones y nadie, ni el municipio ni el gobernador (Humberto Moreira), les dice media palabra”, afirman a su vez los esposos Gloria Tobón y Rodolfo Garza, directores de la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo (AUAS), que pugnan por la expulsión de la empresa extranjera.
Enclavada en los desiertos del noreste mexicano, con cerca de 700 mil habitantes, Saltillo le debe su nombre al agua. Pese a que fue fundada en un valle donde hacia 1570 abundaban los manantiales en torno de una cascada o “salto de agua”, que en realidad resultó ser un “saltillo”, a finales del siglo XX la capital de Coahuila enfrentaba graves problemas para hidratarse. De cada mil litros extraídos sólo 460 llegaban a los usuarios, y de cada mil litros facturados la autoridad cobraba apenas 650. Fue entonces cuando Óscar Pimentel, el alcalde priísta que gobernó de 2000 a 2003, anunció que la solución del problema consistía en “asociarse” con una empresa extranjera para “fortalecer sin privatizar” el Sistema Municipal de Aguas de Saltillo (Simas). Toda similitud con las iniciativas calderónicas para privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex), dicen los esposos Garza Tobón, “es mera coincidencia”. Pimentel –sintetizan– contrató a la firma Freese Nichols para que sentara las bases de la licitación. Ésta propuso que el juez de la misma fuera la sociedad Arthur Andersen, asesora contable de la trasnacional Aguas de Barcelona (Agbar). Con el respaldo del gobernador coahuilense de entonces, Enrique Martínez, el alcalde garantizó la “transparencia” del proceso. Aunque se habló de que había ocho empresas interesadas en el concurso, únicamente Agbar hizo una oferta. Arthur Andersen había fijado un mínimo de 80 millones de pesos y Agbar pujó con 81.9 y ganó de inmediato, sin competir con nadie. De este modo obtuvo 49 por ciento de las acciones de Simas, no obstante que el valor en libros de esa entidad era de 453 millones de pesos. La trasnacional “adquirió la mitad del sistema municipal de aguas pagando menos de la cuarta parte de lo que valía. Y aunque el ayuntamiento aún posee 51 por ciento de las acciones, los extranjeros toman todas las decisiones y hacen y deshacen a su antojo, aplicando medidas que violan las leyes estatales y la Constitución del país”, reiteran los líderes de la AUAS, especialistas en cuestiones ambientales. En junio de 2003, durante una visita a Saltillo como director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), recuerdan, “Felipe Calderón vino a decir que el fortalecimiento del sistema de agua potable era ‘un caso de éxito’ y que debía servir de ejemplo a otras ciudades del país, cuando en realidad Agbar ha tenido que irse de Argentina, Uruguay y Brasil, y están tratando de correrla de Colombia y de Chile, por los mismos abusos que está cometiendo en Saltillo”. Rodolfo Garza, ex secretario de Ecología del gobierno estatal, narra que no hace mucho estuvo en Barcelona, en las oficinas del director de la trasnacional, y vio “un estante con por lo menos 20 carpetas, rotuladas con los nombres del mismo número de ciudades mexicanas, entre ellas Morelia, Querétaro, Monterrey, Aguascalientes y otras. En el caso de Morelia, supe que Aguas de Barcelona y el municipio (de la capital de Michoacán) tienen un convenio para que dentro de tres años, cuando el sistema local de agua potable empiece a operar con equilibrio financiero, es decir, con números negros, se consume la privatización”. Hace dos años, relata por su parte Gloria Tobón, “la empresa impuso una cuota mensual de 100 pesos a cada usuario para regar los parques y jardines públicos. Como la gente protestó, porque era tres veces más alta que el pago del consumo doméstico, pues simplemente dejaron que los parques y los árboles se secaran, pese a que su conservación es una tarea que por ley corresponde al municipio”. Sin embargo, añadió, “aquí las leyes locales, estatales y federales no cuentan para los extranjeros. Saltillo es la única ciudad del país que no tiene campañas para fomentar el ahorro de agua, y desde que llegó la trasnacional dejaron de vender todos los artefactos que servían para economizarla, y eso que estamos en medio del desierto. Lo único que les importa es ganar, pase lo que pase”, subraya. Para el obispo Vera López, quien concedió una amplia entrevista sobre el tema, “la privatización del agua de Saltillo nos dice mucho acerca de lo que quieren hacer con Pemex”. La Iglesia católica, anticipa, “está muy preocupada, pues considera que la pobreza, la discriminación, la injusticia que sufren los migrantes en todas partes y el deterioro ambiental, (es algo que) se origina en el nuevo capitalismo que ha llevado al mundo a la crisis que estamos viviendo”.
La Jornada, 16 de junio de 2008
El incremento en las tarifas triplica la inflación en el estado: AUAS
Jaime Avilés/ II (Enviado)
Agsal mantiene su eficacia de cobranza en 97 por ciento por medio de una política de terror: sin pago no hay líquido. Imagen de archivo Foto: Alfredo Domínguez
Saltillo, Coah., 15 de junio. “Si te cortan el agua porque dejaste de pagar 100 pesos, te cobran 300 por la reconexión. Si haces tu casa, pero la tubería corre por debajo de la banqueta de enfrente, te exigen 10 mil pesos por conectarte a la red mediante un tubo que cruce la calle y si vives en una construcción de 100 metros cuadrados, dentro de un lote de mil metros cuadrados, tienes que pagar 100 mil pesos para que te den la toma de agua, porque ellos calculan sobre el tamaño del predio, no de la vivienda. En todos los casos, si no aceptas, te amuelas porque no tienes ante quién quejarte”, explican Gloria Tobón y Rodolfo Garza, líderes de AUAS (Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo), al detallar los abusos más frecuentes de Aguas de Barcelona (Agbar), la trasnacional que en 2001 se apoderó del sistema hídrico de la capital de Coahuila.
Todo lo anterior es consecuencia, abundan, de una licitación “a la medida de Agbar”, que provocó de inmediato una serie de hechos oscuros. Rodolfo Garza precisa: “Ocho días después de ganar el contrato que le permitió adquirir 49 por ciento del Simas (Sistema Municipal de Agua de Saltillo), Agbar formó una nueva empresa, integrada por una sociedad que en ese momento fue constituida al vapor –Interaguas de México–, a la que revendió 49 por ciento de sus acciones de Simas, para fundar Interagbar de México. Y ésta, asociada al municipio, entró en operación como Aguas de Saltillo (Agsal)”.
Sin embargo, añade el ex secretario de Ecología del gobierno estatal, Interaguas de México “es todo un misterio. El Archivo General de Notarías se niega a revelar quiénes son sus socios. Nosotros sabemos, con los datos en la mano, que fue constituida como sociedad mercantil mexicana el 25 de julio de 2001, mediante la escritura 87825, que quedó inscrita en el libro 3075, folios 2772 a 76, de la notaría pública 103 del Distrito Federal, y que el 2 de agosto de 2001 obtuvo el asiento 214640 del Registro Público de la Propiedad. Lo que desconocemos, insisto, es quiénes la constituyeron, porque no nos permiten ver ese documento”.
Rodolfo Garza especula: “¿A qué obedece tanto secreto? ¿Debemos pensar que los socios de Agbar son políticos muy importantes en Coahuila, o será que están encubriendo a funcionarios de la pasada administración de Vicente Fox?”
La doctora Gloria Tobón agrega: “al constituirse Aguas de Saltillo (Agsal), en los documentos legales se especificó que el presidente municipal y un representante del gobernador serían parte del consejo de administración de la empresa, para controlarla en su carácter de socios mayoritarios, pues el estado tiene 51 por ciento de las acciones. Pronto se vio que esto era una burla”.
Agsal, prosigue, “fue conformada como una empresa mixta, con predominio de la Nación, pero a los pocos meses el gobernador y el presidente municipal fueron sustituidos en el consejo de administración por ejecutivos de General Motors y Apasco, las dos trasnacionales más poderosas que hay en Coahuila. Con esta medida, el estado perdió soberanía ante Aguas de Barcelona y los usuarios quedamos indefensos”.
Éste, coinciden los líderes de AUAS, “fue el comienzo de una serie interminable de atropellos”. Pese a que el artículo 121 de la Ley General de Salud, y el 101 de la Ley Estatal de Salud “prohíben que se le suspendan los servicios de agua potable a los edificios habitados”, Agsal promovió ante el Congreso de Coahuila una reforma al artículo 84 de la Ley de Aguas, y logró que éste quedara con la siguiente redacción: “si la mora en el pago es de tres meses, se suspenderá totalmente el suministro de agua”.
A raíz de este cambio, enfatiza la doctora Tobón, “Agsal obligó a los usuarios a ponerse al corriente en sus pagos, violando en la práctica el derecho humano al agua, reconocido por México en diversos tratados internacionales, al quitarles totalmente el abasto de líquido a un sinúmero de personas”.
En 2005, “el número de cortes fue de casi 38 mil, y en 2006 de más de 35 mil, con lo que Agsal mantuvo su eficacia de cobranza en 97 por ciento, es decir, logrando que los usuarios pagaran por el consumo de 970 de cada mil litros de agua facturados”.
Para optimizar sus ganancias, dice el doctor Garza, “Agsal unificó las tarifas de los usuarios, que estaban escalonadas de acuerdo con el nivel económico de la zona en que vivían. La ciudad estaba dividida en 16 zonas, pero Agsal las redujo a 10, afectando a los más pobres, y además comenzaron a subirnos las cuotas mensuales muy encima de la inflación”.
Garza continúa: “Agsal se comprometió a respetar una norma municipal, en el sentido de indexar los precios del servicio de acuerdo con la inflación. Sin embargo, en 2007, la inflación reportada fue de 6 por ciento, pero Agsal aumentó las tarifas más de 20 por ciento. Y por si esto fuera poco, se sacó de la manga otra regla: cobrar por metro cuadrado, calculando sobre el valor del terreno, no de la vivienda, de modo que si vives en una construcción de 100 metros cuadrados, dentro de un lote de mil metros cuadrados, tienes que pagar 100 mil pesos para que te instalen la toma de agua, y así el agua te sale más cara que la casa”.
“Esto es increíble, ¿verdad?”, pregunta la doctora Tobón, indignada. Y contesta: “Pues hay muchas, muchas tropelías más, porque no hemos hablado de lo que Agbar le defrauda a Hacienda…”
mas info...Fuente: La Jornada, 17 de junio de 2008
■ La trasnacional no reportó $60.5 millones que recibió por el cobro del líquido
■ Funcionarios de Agsal crean ONG fantasma para desvirtuar un genuino movimiento civil
Jaime Avilés (Enviado /III)
A la conclusión anterior llegaron los doctores Gloria Tobón y Rodolfo Garza, dirigentes de la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo (AUAS), después de comparar el informe de Agsal con el que, en el mismo 2004, emitió el sistema de agua y drenaje de la ciudad de Torreón, que es una empresa pública.
Con un número de usuarios similar al de Saltillo –“alrededor de 150 mil, porque son ciudades más o menos del mismo tamaño”–, el sistema de Torreón extrajo 63 millones de metros cúbicos, facturó 32 mdm3 y cobró 29 mdm3, por los que debió captar 244 millones de pesos, pero reportó sólo 235 mdp, “lo que habla de un boquete de 9 millones”.
Hace un mes, con estas cifras en la mano, la doctora Tobón denunció a Aguas de Barcelona ante el Tribunal Permanente de los Pueblos (heredero de los tribunales Russell contra la guerra de Vietnam y la dictadura militar de Chile), que sesionó en Lima, Perú, del 13 al 16 de mayo, con participación de delegados de todo el mundo, cuyas intervenciones abarcaron los abusos de los bancos, las empresas agroquímicas y las relacionadas con el petróleo y sus derivados en contra del medio ambiente y los sectores más pobres del planeta.
En su ponencia, la especialista mexicana documentó no sólo los atropellos que Agbar comete en contra de la población de Saltillo y la forma en que viola leyes municipales, estatales, federales e internacionales, sino la manera en que defrauda al fisco y a la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“En 2004, la empresa extrajo 53.2 millones de metros cúbicos de agua, pero de acuerdo con sus propios reportes, únicamente pagó a Conagua el monto correspondiente a 39.2 millones de metros cúbicos, como consta en la memoria que Agsal publicó a principios de 2005”, subraya la dirigente de AUAS.
“Ese mismo dato sobre la disparidad entre el volumen extraído y el monto pagado a Conagua aparece también en la memoria de Agsal de 2005, que salió en 2006. Sin embargo, debido a nuestras denuncias públicas en los medios de Saltillo, la empresa ya no dio ningún dato al respecto en la memoria de 2006, que salió en 2007. Y después, de plano, ya ni siquiera publicó la memoria de 2007, que debió entrar en circulación a principios de 2008”, recuerda la doctora Tobón, mostrando su colección de ejemplares, a todo color, de las lujosas, aunque truncas, memorias de Aguas de Saltillo.
El director actual de Agsal, un brasileño llamado Rogerio Koehn, acaba de idear un mecanismo para contrarrestar en la prensa de la región los persistentes señalamientos de la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo: crear otro organismo que también lleva el nombre de Usuarios del Agua de Saltillo. Tal cual.
“La nueva AUAS, registrada en noviembre de 2007 ante el notario público Onésimo Flores Rodríguez, tiene como presidente nada más y nada menos que a Rogerio Koehn, gerente de Agsal; como secretario general aparece Lorenzo Ibarra Arredondo, (que en la empresa trabaja como) jefe de Grandes Clientes y Colonias, y como tesorera figura Marcela Carmona Ochoa, (en la empresa) jefa de Calidad-Cultura del Agua”, escribe la revista Espacio 4, en su edición número 328, que circula en estos días.
Esa publicación quincenal presenta un resumen de los atropellos administrativos cometidos por Agsal entre 2001 y 2004, mismos que obligaron al Congreso de Coahuila a practicarle una auditoría que, entre otras cosas, descubrió: “obras no reportadas al consejo de administración, diferencias de precios en dos obras similares, adquisición de automóviles fuera de la ley, sueldos y prestaciones excesivas”.
Tras la auditoría, el gobierno municipal salió en defensa de la empresa y ésta continuó abusando de los usuarios y violando todas las normas, hechos todos ellos que, en síntesis, impulsaron a los esposos Garza Tobón, líderes de AUAS, a concluir que “la privatización del agua de Saltillo se hizo dizque para fortalecer el sistema, trajo consigo una corrupción ilimitada y se tradujo en indefensión para los consumidores y pérdida de soberanía para el estado”.
Por eso, insiste el doctor Garza, “debemos estar muy atentos y oponernos a la privatización de Pemex, porque de repente, al menor descuido, se nos puede meter un monstruo por la ventana, como se nos metió Agsal, que más temprano o más tarde vamos a sacar de Saltillo. Nada más nos falta un buen abogado que agarre el toro por los cuernos”.
Martes 24 de junio a las 18 hrs
Sala Emilio "Indio" Fernandez - ICOCULT
Saltillo, Coahuila
Evento organizado por el Centro Diocesano
Los humanos existimos hace apenas 40 mil años. Las primeras rocas de nuestro planeta se formaron hace 3 mil 500 millones de años. Nuestra vida, por lo tanto, ha sido brevísima. Pero podríamos desaparecer como especie antes que termine este siglo si no revertimos las condiciones que están determinando el actual cambio climático, una tarea casi imposible, dado el escaso tiempo que nos queda.
A esta deprimente conclusión llegó un amplio grupo de científicos de las más diversas disciplinas, cuyas opiniones pueden ser leída y oídas en La última hora (The 11th hour), un documental de Leonardo di Caprio, que el año pasado fue exhibido en Cannes. He aquí una muy apretada síntesis:
Hasta el siglo XIX la Tierra tuvo una población de cuando mucho mil millones de humanos. Esta se alteró de manera brutal durante el XX, en que pasamos a ser 6 mil millones (ahora somos ya 6 mil 600). Así, en relación con las demás especies, nuestra presencia se sobredimensionó fuera de toda proporción saludable: crecimos como un enorme tumor maligno dentro de la naturaleza.
A partir de la revolución industrial, convertimos el medio ambiente en una mercancía y lo explotamos con la ingenua certeza de que era infinito. Al adoptar al petróleo como base de todas nuestras actividades productivas, iniciamos la destrucción acelerada de la atmósfera, los mares, los ríos, los bosques, los lagos, las selvas, y acabamos con millones de especies, animales y vegetales, de cuya existencia ni siquiera nos enteramos.
Gracias a la petroquímica, fabricamos materiales cada vez más perniciosos para la biodiversidad y nuestro propio organismo. Al suprimir áreas boscosas para generar más carne y cereales, reducimos la humedad de los suelos, fomentamos el avance de los desiertos y agudizamos la fiebre que hoy derrite los glaciares y atiza la furia de las lluvias, de los vientos y de los incendios, mientras la miseria de los más pobres agrava los efectos de los terremotos.
Si la temperatura del planeta sigue subiendo, dentro de 50 años habrá cientos de millones de refugiados ecológicos, que ya no podrán vivir en litorales sepultados por los mares, ni en países donde el calor sea mortal incluso para los hombres y las mujeres más fuertes. Lo más triste es que nadie, agobiados como estamos todos por los problemas de cada día, nadie hace nada para impedir la agonía de nuestra especie.
Y lo más indignante es que, si lo intentáramos, padeceríamos la violencia de los grandes consorcios multinacionales –que viven para acumular dinero a costa de la devastación ecológica–, y de los gobiernos que cuentan con armas de ilimitada potencia para agilizar la extinción de la humanidad con tal de preservar sus áreas de influencia y dominación política.
¿Hay, a pesar de todo, una salida posible? ¿Tenemos todavía derecho a vivir con esperanzas? Los científicos opinan que sí. Según ellos, la solución consiste en sustituir el petróleo por fuentes de energía natural alternativa. La economía global, afirman, podría reactivarse si las fuerzas laborales hoy desempleadas se dedicaran a construir viviendas capaces de funcionar sólo con energía proveniente de la luz del sol y los embates del viento.
Un científico, en particular, recordó que Estados Unidos ganó la Segunda Guerra Mundial en menos de cuatro años, al reconvertir su aparato industrial en una gigantesca fábrica de armamentos. Con una disciplina militar semejante, añadió, ese país podría “liderar” la batalla contra el cambio climático. Sin embargo, ninguno de los sabios consultados por Di Caprio se animó a decir que la causa más profunda del desastre que amenaza tan gravemente la vida de la humanidad en el corto plazo es el capitalismo. No el petróleo, sino el viejo modelo de acumulación individual basado en la explotación del hombre por el hombre.
El capitalismo como sistema parece haber llegado a sus límites. No por nada estamos a la puerta de una crisis económica mundial sin precedentes, porque la población del planeta es casi 300 por ciento más grande que en 1929, el año del crack en Wall Street. Pero esa crisis económica no viene sola: llega acompañada de una crisis política de igual envergadura, que se expresa en la fragilidad del imperio de Estados Unidos, cuyos pilares se tambalean, mientras China se erige como una fortaleza que aspira a ocupar el sitio que Washington está dejando vacante en el orbe.
En realidad, estamos envueltos en una triple crisis –económica, política y ecológica, con hondas ramificaciones religiosas y culturales–, que pone en duda el limitado enfoque de los científicos. Para éstos, la salvación de nuestra especie se limita a la sustitución del petróleo por energías alternativas, pero eso no es cierto. Se trata, ante todo, de un cambio político, que nos puede ser impuesto desde arriba, mediante la fuerza de las armas, para que millones de parias construyan como hormigas desechables las nuevas casas de los ricos de siempre, o de un cambio, levantado desde abajo, a partir de un nuevo consenso establecido por los pueblos.
Que urge un cambio de sistema político es algo más que evidente en todas partes: para los mexicanos no hay nada más obvio en este momento. Las fuerzas represivas de Calderón se achican ante el poder de fuego del narcotráfico; la supervivencia del gobierno de facto está en duda ante el hecho incierto de que el país cuenta con reservas de grano para sólo nueve meses, pero no sabe cómo enfrentar la crisis alimentaria y el derrumbe financiero de Estados Unidos.
Para impulsar la lucha contra el cambio climático desde abajo hay que avanzar a la conquista del poder político. Eso, hoy por hoy, aquí en México, pasa necesariamente por la defensa de Pemex (aunque suene a paradoja): sólo a nosotros nos corresponde reorganizar la industria petrolera nacional para auspiciar, con esos recursos, el desarrollo de fuentes de energía alternativa, que de lo contrario estarían aún más supeditadas a los caprichos imperiales de Estados Unidos.
Por lo pronto, mientras el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo prepara la consulta popular en todo el país, el jefe del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard Casaubon, anuncia que ese ejercicio se realizará el domingo 27 de julio en las 16 delegaciones del Distrito Federal.
Hay muchas formas de promover esa consulta, pero Desfiladero insiste en montar el espectáculo de teatro llamado El Loro Negro (disponible en www.eloronegro.blogspot.com), que ya han hecho suyo diversos grupos de la Resistencia Civil Pacífica, según cordiales cartas llegadas al buzón de este espacio que, la semana pasada, por falta del mismo, no mencionó que la obra en cuestión está dedicada especialmente a las adelitas del Sindicato Mexicano de Electricistas.
Para comunicarse con esta columna jamastu@gmail.com